El Faro | Lunes 16 de febrero de 2015
Me cuesta entender cómo hay tantos conocidos que sienten simpatía y aseguran que van a votar a Podemos. Y menos aún cuando la sombra de la sospecha se cierne sobre esta partido, las cuentas de Monedero y la posible financiación del mismo. Tal vez sea la desconfianza sienten hacia otras opciones políticas lo que les lleve a pensar de que sólo este colectivo puede resolver sus problemas (vivienda, trabajo, etc.). En situaciones tan criticas como las que ha vivido este país, donde la clase política ha estado en entredicho, es normal que surjan este tipo de partidos populistas, sin embargo nunca pensé que algunos pensarán en ellos como posibles gobernantes. En fin, cada uno es libre de hacer, pensar y votar a quien quiera, pero a mi juicio como los totalitarios se hagan con el poder, mejor que Dios nos coja confesados, porque, como dice un amigo mío, “el populismo ama tanto a los pobres que al final termina multiplicándolos”.
ANA ISABEL RAMÍREZ
Guadarrama