Opinión

Tic tac, tic tac...

Dimas Cuevas (*)

El Faro | Viernes 06 de febrero de 2015
Tic tac, tic tac. ¡Está en marcha la cuenta atrás!. Así arengaba el pasado domingo a los suyos un crecido Pablo Iglesias, que para ser un ‘anti-casta’ vocacional enseguida le ha cogido el gusto a vicios de la casta como la adoración mitinera del líder, las soflamas sin contenido o la defensa a ultranza de algunos de sus afines (sean su compañera sentimental adicta a las adjudicaciones, o sus compañeros de universidad y de ejecutiva pillados con el ‘carrito del helado’). Ahora, Pablo Iglesias debe estar aprendiendo griego a marchas forzadas, aunque visto lo arcaico de las ideas que impregna Podemos, quizá se apunte al griego clásico de Homero antes que al griego contemporáneo de Syriza.


A mí lo del ‘tic tac’ me suena a amenaza, a desastre inminente. Parece la cuenta atrás de una bomba de relojería que explotará si nadie es capaz de cortar a tiempo los cables que conectan el artefacto. Es la carrera inexorable de un mecanismo ya puesto en marcha, que cuando llegue a cero destruirá de manera indiscriminada todo lo que le pille cerca.

Ante esta cuenta atrás hay quien parece optar a meterse debajo de la mesa para estar lo más cerca posible de quien exhibe en sus manos el detonador. Es lo que ha hecho Emiliano García-Paje, alcalde de Toledo y senador por Castilla-La Mancha, en sus encuentros (inconfesables pero confesados) para preparar el pacto con Podemos. Craso error. El PSOE tendrá futuro si es capaz de articular un discurso de izquierda moderada, de izquierda moderna y europea, que le permita seguir ofreciendo una alternativa creíble para una mayoría de la población. Si los socialistas se acercan al monstruo, el monstruo les devorará. Esa es la famosa cena con Iglesias, donde Pepe Bono fue la Celestina de una unión contra natura, y en la mesa se sentaban Calixto y Melibea; pero recuérdese que en la tragicomedia todos terminan mal. La cuenta atrás también va por ellos.

Acabar con el sistema como propugna Podemos, además de retroceder un siglo en la evolución política implica acabar con las bases del sistema democrático español, que están bien claras en el Artículo primero de la Constitución: libertad, igualdad, justicia y pluralismo político. Pablo Iglesias se despachó en su mitin diciendo al gobierno de Mariano Rajoy que “este país quiere cambio, porque sois unos golfos, unos inútiles”, En la primer aparte tiene razón: este país quiere cambio y por eso hace tres años votó a un partido que ha cambiado el paro por el empleo, el despilfarro por la eficacia, el descrédito por la confianza. La segunda parte de su cita, lo de “golfos e inútiles”, yo que no soy del gobierno de Rajoy pero sí lo apoyo no puedo aceptar esto: en este país los golfos van a la cárcel y los inútiles pierden las elecciones.

Guárdese su detonador, señor Iglesias. La única cuenta atrás que necesita este país es la que dejará atrás la crisis, y esa ya la ha puesto en marcha el Partido Popular y no la va a interrumpir ningún radical nostálgico de las momias de Lenin y Hugo Chávez.

(*).- Dimas Cuevas es Senador por el Partido Popular