Eduardo Moyan
El Faro | Viernes 06 de febrero de 2015
No es habitual que en un año se concentren elecciones municipales, regionales y nacionales. En España los calendarios electorales son cada vez más imprevisibles. Tras la última reforma de los estatutos de las comunidades autónomas, que dan competencia a los gobiernos regionales a disolver sus parlamentos, solo el calendario de las municipales tiene fecha fija (mayo cada cuatro años). Lo de este año 2015 es una excepción.
Ya hay convocadas tres elecciones (andaluzas, municipales y catalanas) y puede que incluso se celebren las elecciones generales si el presidente Rajoy no decide aplazarlas a comienzo del próximo año.
Dicho esto, cabe preguntarse si sería bueno que algunas de estas citas electorales coincidan con la misma fecha. Esgrimir el argumento que con ello nos ahorraríamos gastos de campaña parece razonable, pero no es realista, ya que los calendarios se ponen en función de estrategias partidistas- Por ejemplo, la decisión de convocar las elecciones andaluzas el 22 de marzo, renunciando a que coincidan con las municipales, parece responder al hecho de que el PSOE considera que así se beneficiarían más. Poniendo esta fecha tan temprana evitan que IU pueda recuperarse del shock de la ruptura de gobierno y dificulta a Podemos crear una estructura sólida en esta región. También así evitarán que el PP pueda movilizarse en torno a un candidato (Moreno Bonilla) que no demuestra todavía el liderazgo necesario para ganar unas elecciones regionales.
En clave interna del PSOE superando las municipales, Susana Díaz tiene la posibilidad de atribuirse un triunfo sin tener que compartirlo con nadie de su partido, y así presentar sus credenciales para disputarle las primarias a Pedro Sánchez. Obviamente esta es una jugada de alto riesgo pues, si no obtiene una mayoría holgada (superior en diputados a los que tiene actualmente) se verá en dificultades para formar gobierno (tras la ruptura con IU y el deterioro de los relaciones con este partido); además en ese caso le sería difícil a Susana Díaz presentarse como alternativa a liderar el PSOE a nivel nacional. Estos son los cálculos estratégicos que hacen los partidos políticos a la hora de decidir la fecha de una elecciones. Y estas, lógicamente, serán buenas o malas en función de los resultados que finalmente obtengan.