OPINIÓN
ALFREDO FERNÁNDEZ | Viernes 09 de enero de 2015
Muchas vueltas han dado hasta cerrar los carteles de la feria de Valdemorillo. Se habían hecho muchas especulaciones e incluso se difundieron unas combinaciones no oficiales similares a las finalmente anunciadas, eso sí, bastante mejores que las que han ha salido a la luz pública.
Sonó con mucha fuerza un mano a mano entre Miguel Abellán y Manuel Jesús El Cid, que hubiera sido un cartel importante para Valdemorillo, y más en el arranque de temporada. Finalmente, nada. Esto se mascó hasta tal punto que el propio Cid dijo en los micrófonos de la Cadena SER el pasado domingo que comenzaría temporada por San Blas. Curiosamente, minutos antes el propio Entero se había ocupado de dar otros carteles.
También se había avanzado una corrida con los hierros de El Tajo y La Reina, o sea, los del maestro Joselito. Al final, tampoco.
Todos estos toreros y ganaderías tienen un caché muy superior a lo que finalmente se ha contratado, y una vez más prima lo económico y el abaratar costes. En Valdemorillo la gente va pongan a quien pongan. Existe mucha sed de toros, el empresario lo sabe, el público responde y gastar más supone ganar menos.
Dicen que esta feria tan discreta supondrá un punto y aparte. Se avecinan cambios y este serial suena un poco a trámite y muy por debajo en calidad a las dos anteriores. Sigue sonando que San Román quiere marcharse y dejar la explotación del coso de La Candelaria, veremos en qué acaba.
A Tomás Entero se le llenó la boca pregonando a los cuatro vientos su independencia y que el empresario no debía ser a la vez apoderado y ganadero. Al final, por la boca muere el pez y ha terminando haciendo lo que los demás. Es apoderado del novillero Borja Jiménez y también apodera junto a su socio en Huesca, Tomás Luna, al salmantino Eduardo Gallo. De esta forma, entra en el vicio de cambiar cromos y en el juego de tú me pones a tu torero y yo te pongo al tuyo en mi feria. Son los vicios de los taurinos que están arruinando el sector y entran en una espiral de cambios e intereses creados. Tampoco se ha contado con la ganadería triunfadora en 2014, la de Ana Romero, por pasta. En Francia esto no ocurre, pero es que allí los carteles hubieran salido hace tres meses. Así nos va.