Opinión

El ‘yayoflauta’ de Graciano Palomo

JOAQUÍN ABAD

El Faro | Lunes 22 de diciembre de 2014
No merece la pena responder a los ladridos de este yayoflauta, agradecido a los ‘sorayos’ y ‘rajoys’ por haberlo colocado de tertuliano, remunerado claro, de la televisión oficial. La estatal, la que se paga con el dinero de los contribuyentes. La televisión que coloca a los enchufados, aunque sean inútiles. Es lo que tiene publicar libros por encargo de algún empresario casposo, o por los líderes del pepé que luego llegan a la Moncloa y pagan los servicios prestados.


Porque mira que yo llevo años y años sufriendo las consecuencias de no ser un periodista progresista, como me imagino que será “el palomo” que tilda de fascista al que hace una crónica no a su gusto. Yo no escribo al dictado. No tengo jefes a los que inclinar el espinazo. No tengo que agradecer favores.Ya se lo escuché varias veces a Emilio Romero, al que tuve de jefe supremo cuando era reportero del diario Arriba: “La libertad de prensa, la opinión independiente, sólo la pueden dar las empresas solventes económicamente. Y un periodista independiente es aquel que no recibe indicaciones del que le paga”. Nunca seré un periodista recomendando por un partido político.

Calificarme de fascista en una televisión privada, sólo con el argumento de haber sido reportero del diario El Alcázar tiene poca solidez. ¿Sabes a qué me refiero? El director que fue del periódico El Socialista, como conocerá el amigo Graciano, trabajó también en el diario El Alcázar, y no tiene ni un pelo de fascista. ¿Sabes a quién me refiero? Fascistas son los que se creen miembros del partido único y tiemblan cuando ese partido se hunde. Fascistas son los que babean ladrando con cara de perro y acusando de nada en concreto a quien opina algo que molesta a sus jefes. Y es que, repito, no merece la pena responder a los ladridos de ese yayoflauta. Como periodista ya me jugué la vida, varias veces, enfrentándome a la mafia local que gobernaba en mi tierra. Dirigí un diario que sufrió atentados, bombas, tiroteos y que no se rindió hasta que logró que el juez Garzón metiera en la cárcel a toda una banda mafiosa que durante decenas de años había sembrado mi ciudad de crímenes, extorsiones y amenazas. Yo sufrí las amenazas de un verdadero y peligroso mafioso. Las amenazas del ‘palomo’ yayoflauta son de taberna. Que se tome un whisky de mi parte y que se relaje. Graciano: no te voy a responder, por supuesto.