El Faro | Jueves 04 de diciembre de 2014
El pasado miércoles se celebró el Día de la Discapacidad, una jornada que pretende poner de relieve la realidad de un sector que lucha por su integración, demostrando que no hablamos de “discapacidades”, sino más bien de otras capacidades que son tan válidas como las que que habitualmente tenemos por normales y que de hecho en muchas ocasiones contribuyen a reforzarlas. Los diferentes actos programados han servido también para poner de manifiesto una vez más el importantísimo trabajo que desarrollan distintos colectivos en nuestra comarca, al tiempo que se subrayaba la solidaridad anónima de centenares de personas. Es el caso del derbi disputado el pasado domingo, enfrentando al CUC Villalba y al CD Galapagar, con unas 800 personas en las gradas y la recaudación que se entregó a la Fundación Apascovi, gesto que se repetirá de nuevo en la segunda vuelta.
Hay que seguir luchando por la integración, por el apoyo a las familias, por la concienciación de la sociedad, pero también es el momento de agradecer el esfuerzo de cuantos hacen posible que la realidad de la discapacidad sea hoy muy distinta a la que se vivía no hace tanto. Es necesario trasladar un mensaje de optimismo, porque a eso invita también la labor diario de estos colectivos, como Apascovi, ADISGUA o la Fundación ANADE, por citar tres de los que más presencia suelen tener en estas páginas. No son los únicos, desde luego, y valga su nombre para referirse a todos aquellos que ponen un granito de arena para construir una vida mejor para todos. Sería absurdo negar que existen dificultades y que es necesario contar con más recursos, pero más allá de eso, el trabajo que realizan ha de servir como ejemplo, poniendo el acento en un compromiso social que es más necesario que nunca.
Sin abandonar este terreno, la Casa de Cultura de Collado Villalba fue escenario el miércoles de una edición más de la lectura de cuentos escritos por personas con algún tipo de discapacidad, acto organizado por la Fundación ANADE, que desde hace años trabaja para eliminar barreras también en el terreno de la cultura. Allí estuvieron representantes de la sociedad villalbina, dando ‘visibilidad’ a estos relatos y, con ello, también a sus autores, aunque en realidad sus nombres sean lo de menos. Lo trascendente es el hecho de que la discapacidad no ha de entenderse como un obstáculo definitivo, sino como un hecho que ha de servir para que todos seamos más iguales.