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El CUC Villalba tira de orgullo y definición para frenar a un Galapagar que topó con el larguero y Del Estal (2-0)

Los jugadores del CUC Villalba, celebrando el primer gol (Foto: E. P.)

FÚTBOL / Preferente - 12ª Jornada

El Faro | Lunes 01 de diciembre de 2014
El CUC Villalba reaccionó al calor del derbi, que se llevó gracias a la calidad terminal de sus hombres de tres cuartos y al orgullo general de una plantilla que se exprimió al máximo para frenar a un Galapagar que vendió muy cara su primera derrota en dos meses. Tanto, que bien pudo tener el partido en un penalti parado por Del Estal y un disparo al larguero, ambos con 0-0 y la firma de Quique Casado. El ex del CUC Villalba, tuvo en sus botas la posibilidad de dinamitar el gran duelo serrano, tras una semana en la que entrenó con precauciones para preservar su ojo, brutalmente golpeado el día del Tres Cantos.

Cosas del destino futbolístico, pues el máximo goleador arlequinado tiró bien el penalti, pese a que cambió su habitual disparo a romper por uno colocado al palo, y el travesaño le escupió un gran remate nada más empezar el segundo tiempo. El partido estaba en tablas y el Villalba, dominador, merodeaba el área de Toro, pero no golpeaba, víctima una vez más de un terreno infame que atenta sin piedad contra un estilo de juego que, además, pide a gritos un ariete en condiciones y algo menos de retórica.

Sin embargo, a diferencia de otros días, el CUC Villalba apareció más agrupado, con las líneas más juntas a la hora de defender, y un punto de intensidad de salida que bien pudo romper el partido de inicio. Fue la impronta del orgullo de los jugadores canalizado por Nacho Benito, mucho más que un entrenador de Nivel II interino, pues año y medio con David Gordo de jefe puede equivaler a un doctorado adicional a ese Nivel III que espera sacar a partir de marzo. El nuevo técnico recuperó a varios caídos, tras pasar revista en la sesión del viernes: Fabio entró en la lista, forzó Álex Seidel, el club recibió la aprobación del recurso sobre Guille Fernández, al fin titular, y hasta Alberto Olalla entró entre los 16 convocados. Un rearme en toda regla que, unido al clima festivo del partido, provocó una puesta en escena sorprendente. El Galapagar, quizá superado por el escenario, quedó embotellado en su campo, condenado a una defensa de balonmano y sin conexiones hacia Kiki y Casado. El triángulo formado por Manu, Álvaro Esteban y Seidel, volcado a la derecha, apuró al límite a la zaga galapagueña, que aguantó el agobio concediendo una única ocasión clara, la de Manu al poco de empezar. Las tarjetas prematuras a Vizcay y Keko, ambos con delicadas tareas defensivas, pintaron un negro panorama para el equipo de David Muñoz, pero el técnico logró sacar de la cueva a su equipo y la salida de un renqueante Seidel al cabo de media hora terminó por aflojar la presión. Entonces apareció un Galapagar más atrevido y directo, que amenazó en un centro chut que se paseó por el área chica de Del Estal, y encontró las primeras carreras de Kiki, controlado en última instancia por un aplicado Linares. El trabajo del lateral villalbino sobre el extremo fue impecable, pero el problema le vino con Nacho. El medio volante realizó un quiebro eléctrico en el área, lejos de una zona peligrosa de remate, y Linares cometió su único error al zancadillearle. El árbitro no dudó y puso a Casado ante Del Estal. La parada del portero, a una mano y con la ayuda del palo, fue magnífica.

Perdió ahí el Galapagar su primera gran bala, a poco del descanso. La segunda se le fue nada más volver de la caseta, cuando Casado topó con el larguero. Acto seguido, el Villalba abrió la brecha definitiva, en dos jugadas que enseñaron lo que puede dar de sí el equipo con confianza. La primera llevó doble firma, la de Pedregal y Esteban, con el caracoleo en la izquierda del canterano que acabó conectando en el área con el 10, excelente en la ejecución con remate cruzado. Dos minutos después, los amarillos salieron raudos a la contra con Guille, Fabio y Manu, que acabó sellando su gran partido con un zurdazo colocado que batió a Toro por su palo izquierdo.

Con 2-0, el Villalba dio un paso atrás para ganar espacios al contragolpe y el Galapagar asumió el mando. David Muñoz refrescó el equipo, a base de proteger a hombres amonestados, pero la zaga villalbina mostró su cara más sólida, en un tramo de partido planteado en diez contra diez por las rigurosas expulsiones de Eliot y Sergio. Una media vuelta de Kiki, zanjada con remate desviado desde la frontal, fue lo más peligroso del Galapagar, que apenas pudo exhibir cierta superioridad física. A su espalda, una galopada de Manu culminada con un pase atrás y remate a las nubes pudo suponer el 3-0. Habría sido un castigo inmerecido para un Galapagar digno y competitivo, que demostró que puede repetir pronto su gran racha de siete partidos invicto, mientras el Villalba deberá confirmar su repunte a vuelta del puente, quién sabe si ya con Nacho Benito definitivamente al mando.

CUC VILLALBA: Del Estal (A), Linares (Barba, 81), Fede Pareja (A), Fratelli, Julio; Eliot (A,A,R,69),, Guille Fernández (A,A,R,69); Álex Seidel (Fabio, 31 (A)), Álvaro Esteban, Pedregal (Alberto, 70); y Manu.

C.D. GALAPAGAR: Toro, Sergio (A,A,R,72), Vizcay (A) (Caco, 73), Pepelu, Keko (A); Greci (Jota, 68); Nacho (A), Raúl (A) (Lolo, 80), Kiki, Lucas (A) (Neco, 62); y Quique Casado
GOLES: 1-0 Álvaro Esteban (Min.48). 2-0 Manu (Min.50)

ÁRBITRO: Roldán Bernardo (2)

INCIDENCIAS: Cerca de 800 espectadores en la Ciudad Deportiva de Collado Villalba, con unos 300 aficionados del Galapagar. Césped en mal estado, en mañana de nubes y claros, sin lluvia. La nueva alcaldesa de Collado Villalba, Mariola Vargas, presidió el partido desde el palco, acompañada por Teresa Sánchez, directora de la Fundación Apascovi, y los dos presidentes, Juan Antonio Muñoz y Jorge Greciano.