El Faro | Lunes 17 de noviembre de 2014
Las medidas de protección de la fauna puestas en marcha por la Comunidad de Madrid han hecho posible que una especie en peligro de extinción tan emblemática como el águila imperial haya duplicado en nueve años su presencia en la región, situándose en máximos históricos, indicaron esta semana desde la Consejería de Medio Ambiente. Así, el último censo de este año ha revelado la presencia de 50 parejas reproductoras, frente a las 25 de hace nueve años. Y, lo que es tanto o más importante, los técnicos han detectado la presencia de otros 60 pollos que revelan el excelente estado de salud de esta población y que auguran para los próximos años un crecimiento aún mayor.
Zona de transición
Para reforzar esta población, el consejero Borja Sarasola liberó este miércoles en Galapagar dos pollos de águila imperial. “Los resultados no son fruto de la casualidad, sino del trabajo que ha realizado el Gobierno regional desde hace casi 15 años dentro del programa de protección del águila ibérica. Con los dos ejemplares que liberamos ahora, reforzamos la población de esta especie en una zona de transición entre los dos grandes núcleos de población existentes en el oeste de la región, y favorecemos su posible conexión, lo que sería una gran noticia porque aseguraríamos la viabilidad del águila imperial en la Comunidad de Madrid”.
Para alcanzar este objetivo, los técnicos están realizando zonas de siembras que permitan definir y establecer con éxito una red de madrigueras artificiales en la zona de transición. De esta forma, con el aporte alimenticio de los sembrados y con la construcción de estos majanos, se están asentando poblaciones de herbívoros como el conejo, base y principal alimento en la composición de la dieta de esta rapaz.
Equipo radiotransmisor
Entre 2005 y 2013, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha actuado en 18 municipios del Oeste de la región, y durante este año los trabajos se han centrado en otros cinco términos municipales: Valdemorillo, Fresnedillas de la Oliva, Colmenar Viejo, Colmenarejo y Robledo de Chavela, finalizando la comunicación entre la ZEPA Encinares de los ríos Alberche y Cofio y el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.
Los dos ejemplares liberados han sido equipados con un equipo radiotransmisor, de manera que los datos obtenidos permitirán ampliar el conocimiento de la especie, de sus hábitos de comportamiento y de su área de dispersión, así como confirmar su plena adaptación al medio natural.