El Faro | Viernes 14 de noviembre de 2014
Acaba de llegar al buzón del correo de mi casa el primer catálogo de juguetes navideño. Un año más, sin sorpresas. Muchos juguetes diferentes pero sólo dos colores ilustrándolo: los tradicionales rosa y azul. Seguramente yo no me hubiese fijado en ello de no ser por la discusión protagonizada por mis dos sobrinos que se encontraban esa tarde en mi casa y que empezaron a discutir por la elección de un juguete que aparecía en el citado folleto. Mi sobrino, de 3 años de edad, estaba interesado en un juego insertado en las hojas rosa y su hermana, cuatro años mayor, rápidamente le hizo saber que no era ése el que le convenía porque estaba incluido en las hojas de color rosa, que correspondían a las mujeres. Que él tenía que elegir entre los que aparecían en las páginas azules.
Algunos nos planteamos a menudo el por qué del sexismo que todavía detectamos en nuestra sociedad. Puede que esto nos lo pueda aclarar bastante.
ISABEL SORIA
Galapagar