JOSÉ A. CANOVAS DÍAZ - Alpedrete
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Soy de esos vecinos ocasionales que pasan en Alpedrete los pocos días de vacaciones que tienen al año, aunque no soy de los que pasan por el pueblo como el que lo hace por un apartamento donde no importa nada si, al marcharse, queda todo sucio y la cama sin hacer.
El caso es que me preocupa mi pueblo (aunque sea mi pueblo ocasionalmente) y lo conozco mejor que muchos que viven allí todo el año, y no me resigno a que en el mismo se perpetúe la derecha como opción -por otra parte tan legítima como la mía- eterna del gobierno con el argumento de que este es un pueblo mayoritariamente conservador. Es más, estoy convencido de que no lo es y como en el resto de España el demostrarlo en las urnas depende de la fuerza y la solidez del PSOE, de sus programas y de sus candidatos.
Asisto desconsolado al ver que la candidatura recientemente presentada por la Agrupación Socialista de la localidad no representa la ruptura con lo que había, con los usos y costumbres que propiciaron la caída del efímero gobierno progresista que protagonizaron los mandatarios del PSOE, dirigidos por Isidoro Aragoneses, quien me consta, viendo lo que hay, sigue dirigiendo los destinos de este partido en la sombra.
Para ejemplo de lo que digo, cito lo que publica su periódico el pasado 16 de febrero, página 20, bajo el título “Juan Aragoneses encabezará la candidatura del PSOE”. El caso es que este joven -Juan Aragoneses- que han colocado el ex alcalde socialista y sus seguidores afirma que ha sido elegido con “casi el cien por cien de los votos válidos” y omite que el resto de los votos, los consideramos como ‘nulos’, representan casi el 50 por ciento de los emitidos en total. O sea que en el Partido Socialista de Alpedrete, el que no vota a Juan Aragoneses, no vota o su voto se considera nulo.
Esto, que seguramente los representantes del PSOE negarán, representa la continuidad con las actitudes sectarias y divisorias que llevaron a los socialistas a su aplastante derrota en los anteriores comicios, pero es la verdad, y si no pregúntese al propio Aragoneses o a alguno de los “militantes nulos” de la Agrupación, de los excluidos por pensar de otra forma y que estaban llamados a proporcionar -según mi punto de vista- la necesaria renovación del PSOE de la localidad, que Aragoneses y sus seguidores han impedido una vez más haciendo todo aquello que pueden hacer para impedirlo, aunque ello vulnere seriamente los reglamentos del Partido Socialista y cercene la libertad y la democracia interna. Y lo que es peor, acabe con la ilusión de los que esperábamos ya de una vez por todas que se acabara la dinámica de las familias, las zancadillas y el acaparamiento del poder a ultranza de los de siempre, para propiciar un partido renovado y fresco que se enfrentara al monolítico PP en una posición de fuerza de la que así adolece.
Estas elecciones, por tanto, diga lo que diga el candidato, más de lo mismo.