Editorial

‘El Faro del Guadarrama’, nada que ocultar

El Faro | Viernes 07 de noviembre de 2014
Como ya adelantamos en la edición del pasado viernes, la Operación Púnica ha supuesto también la imputación del ya ex director general de este medio, lo que obviamente ha provocado momentos verdaderamente complicados en El Faro del Guadarrama. En cualquier caso, la reacción de la empresa editora, aun defendiendo el principio jurídico de la presunción de inocencia, ha sido firme: cese inmediato. Ahora cabe desear que el proceso judicial se resuelva con la mayor rapidez posible, aclarando cuanto antes esta incómoda situación. El hecho de que el juez haya decretado el secreto del sumario impide entrar en detalles, pero lo que no admite dudas es que la empresa en ningún momento ha figurado entre las más de 100 que han sido investigadas en el marco de este caso. La rumorología, como no podía ser de otra forma, se ha extendido por las redes sociales, replicando sin más informaciones erróneas, como el hecho de que otro de los detenidos era comercial de este semanario, algo rotundamente falso, puesto que la persona en cuestión no tiene ninguna vinculación con esta cabecera.


Contábamos también con quienes han pretendido hacer sangre a raíz de este hecho, principalmente porque si algo ha caracterizado la trayectoria de El Faro del Guadarrama es la denuncia de todo tipo de escándalos, con independencia del signo político de sus protagonistas, que ahora han encontrado la oportunidad que esperaban para emplearse de forma tan previsible como carroñera. Pero quienes ahora se regocijan no pueden estar más equivocados: la honestidad seguirá siendo la única guía de este semanario. En definitiva, es lo único que podemos decir: aquí no hay nada que ocultar.

Sabemos, porque lo padecemos desde hace tiempo, que la prensa vive unos momentos de crisis absolutamente demoledora, que se ha llevado por delante decenas de medios y miles de puestos de trabajo, amén de que las condiciones son cada vez más precarias.

A lo largo de su dilatada historia, desde que en mayo de 1986 salió a la calle el primer número de El Faro del Guadarrama, esta pequeña empresa ha vivido de forma casi permanente en la zozobra, por lo que, superado el inevitable golpe inicial, nuestra determinación es mayor que nunca, con un redoblado compromiso con la información local. El Faro del Guadarrama se dedica única y exclusivamente al periodismo, y eso es lo que nuestros lectores vienen encontrando cada semana desde hace años. Por eso, la actitud de una minoría -irrelevante frente a las numerosas muestras de apoyo recibidas a lo largo de los últimos días- revela una mezquindad de sorprendentes dimensiones y nos anima a mantenernos firmes, convencidos de que, pese a las dificultades, estamos en el buen camino.