Opinión

De González a Pedro Sánchez

Ricardo Arias

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El socialismo es necesario e imprescindible en el juego político democrático y constitucional, pero hablamos de un socialismo moderado y moderador dentro de una izquierda que no sea extremista, ni tampoco radical, a cuyo terreno los llevó Rodríguez Zapatero después de que Felipe González iniciara un rumbo seguro y prestigioso para las siglas del PSOE.

Recordemos que González a pesar de su juventud e inexperiencia como gobernante, fue un presidente de Gobierno prudente y moderado, un ejemplo que años más tarde debería haber seguido Zapatero que, por el contrario, se centró en llevar a cabo una gestión alocada e irresponsable. Felipe González, además, fue un secretario general al que nadie ha podido igualar y mucho me temo que tampoco lo hará Pedro Sánchez quien a pocos días de ser investido en el cargo impuso a los eurodiputados de su partido el voto en contra de la elección del luxemburgués Jean-Claude Junker, algo que contrarió a sus compañeros de partido, sobre todo a Ramón Jáuregui y así lo puso de manifiesto en un artículo publicado por El País.

Si Pedro Sánchez pretende, como parece, seguir la trayectoria de Zapatero, su fracaso será estrepitoso y el daño al PSOE irreparable, porque el extremismo y el radicalismo por mucho que los disfracen viene a ser como un cáncer político. Y en esto no se pueden hacer excepciones: ese extremismo es igual que sea de un color que de otro. El socialismo que necesita España como alternativa de gobierno, tiene que ser como el de otros países europeos, a los que prestigia y engrandece. Y esto es lo que tienen que hacer aquí los dirigentes del PSOE, hoy como primer partido de la oposición, y mañana como gobernante, si es que llega a instalarse en la Moncloa, objetivo que lógicamente se ha impuesto Pedro Sánchez.

Pero mucho me temo, visto lo visto hasta ahora, que el nuevo dirigente socialista nos va a defraudar a todos. Por lo pronto, entre otras cosas ya ha dicho que a Cataluña se le debe reconocer un trato fiscal especial y considerarla como una nación. Desde luego sigue manteniendo tan desafortunada afirmación, habrá que empezar a pensar que el socialismo sigue con el paso cambiado y escorándose hacia el radicalismo, cuando realmente tenía que ocupar el lugar que le corresponde en el centro izquierda.