Toros

Gran éxito de público en el Festival “Padre Arrupe”

Se cortaron numerosas orejas, mientras que flojeó el ganado

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El pasado sábado, 17 de febrero, el Palacio Vistalegre de Madrid acogió la cuarta edición del festival taurino con picadores a beneficio de la Fundación Padre Arrupe, que organiza el matador de toros Juan Antonio Ruiz “Espartaco” y que se ocupa de los niños desfavorecidos y sin recursos de El Salvador.

La mejor noticia del festejo estuvo en la gran entrada de público que registró el palacio carabanchelero, ya que prácticamente se rozó el lleno. Un éxito sin precedentes, por lo que los beneficios, por fortuna, serán muy importantes.

El resultado artístico fue muy pomposo. El público, al tratarse de un festival, estuvo muy cariñoso y pidió con ligereza los trofeos, por lo que se concedieron un buen puñado de orejas. Pero esto no es óbice para señalar el decepcionante juego de los novillos del propio “Espartaco”, que dejaron mucho que desear por su descastamiento, flojedad y muy acusada mansedumbre. Un encierro justo de presentación y que dio mínimas opciones a lo toreros. Una vez más, el maestro Enrique Ponce dictó una lección de inteligencia ante un animal que no valía un duro. El valenciano le sacó pases con elegancia y con esa capacidad tan prodigiosa sólo al alcance de los elegidos, como la primera figura que es Ponce. Las dos orejas en sí fueron lo de menos. Pepín Liria tuvo una actuación de mucho compromiso e hilvanó una labor con mucha garra y fibra al novillo que quizá tuvo algo más de fuerza y chispa de todo el encierro. Arreó mucho el murciano en este festival.
“El Cid” paseó otras dos orejas, ante un utrero sin ninguna transmisión al que toreó a la verónica de forma muy lenta, pausada y con las muñecas muy rotas. Se le vio en buen momento. “Espartaco”, que no estuvo nada cómodo con el complicado novillo al que debió enfrentarse, terminó por regalarse a sí mismo el sobrero, que salió en novena posición. A este animal el sevillano le engarzó una labor muy vibrante y con muchas ansias de triunfar. Paseó el doble trofeo.

Jesulín de Ubrique se llevó una generosísima oreja tras una faena llena de enganchones ante un novillo áspero y brusco. También el rejoneador Andy Cartagena, que abrió el festejo con un parado y soso astado de Arruci, paseó un apéndice.

El novillero triunfador en esta plaza en “La Oportunidad”, Miguel Tendero, se llevó un trofeo de un novillo muy aplomado. Se le vio con buenas maneras y muy templado, aunque lógicamente tiene que pulir muchos defectos.

También se llevó una oreja el otro novillero que tomó parte, Miguelín, de mucha menos entidad que la conseguida por Tendero y en la que denotó su inexperiencia. Todavía tiene lagunas muy densas, sobre todo con la muleta, que deberá mejorar si quiere escalar posiciones.