El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Uno de los más significados miembros de la afamada y prolífica dinastía de varilargueros (picadores) fundada por los hermanos Atienza Caro en la década de los años 20 era Miguel Atienza García, que falleció el pasado martes, 22 de julio, en la clínica Puerta de Hierro, tras sufrir un infarto cerebral (Ictus).
Miembro de una de las familias de picadores con más enjundia de todos los tiempos, Miguel Atienza había nacido en Matilla de los Caños (Salamanca) el 16 de septiembre de 1939, pero de muy joven se trasladó junto con su familia a Collado Villalba, donde ha residido durante más de medio siglo. Era hermano de Manuel Atienza, otro renombrado varilarguero, y se hizo picador a las órdenes del maestro Domingo Ortega en su finca de Navalcaide. Inició su carrera en la primera mitad de la década de los 60, manteniéndose en activo durante más de 30 años, durante los que llegó a pertenecer a las cuadrillas de matadores de toros como Luis Reina, César Rincón, Palomo Linares, Paco Alcaide, Joaquín Bernardó, Juan Antonio Esplá, David Luguillano o Carlos Escolar ‘Frascuelo’, entre otros. En cierta ocasión, Miguel llegó a confesar que entre él y su hermano Manuel habrían picado más de 5.000 toros.
Picador elegante, personalista y honrado en el desempeño de su profesión, por donde pasaba siempre dejaba un inconfundible rastro de buen picador y mejor persona. Quienes le conocíamos sabíamos que era un hombre de bien que dedicó los últimos años de su vida a su familia y a los caballos. El Faro del Guadarrama quiere expresar con estas líneas su más sentido pésame a su esposa Dolores, a sus hijos Analía, Miguel, Rosa, César, Loli, Belén, Flori y Amador, y demás familia. Descanse en paz.