El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Del Bosco a Tiziano. Arte y Maravilla en El Escorial se desarrolla a lo largo de nueve espacios, destacando el hecho de poder contemplar algunas de las obras en los lugares para los que originalmente fueron creadas, lo que ofrece al público una visión histórico-artística de este monumento, concebido por Felipe II como Panteón, Basílica, Palacio y Biblioteca, pero que también se convirtió en uno de los mayores centros culturales del mundo.
Sala de Honores y Galería.- Destacan las láminas de las estampas de Perret sobre dibujos de Juan de Herrera, además de retratos del monarca y su padre, el emperador Carlos V. También hay un espacio destacado para la pintura flamenca, con dos obras maestras de El Bosco, Ecce Homo y Cristo camino del Calvario, además de un cuadro de Coxcie recientemente restaurado.
Galería de Batallas.- Los frescos representan diversos episodios bélicos, como la batalla de la Higueruela, las guerras de Flandes (entre ellas la victoria de San Quintín) o la batalla de las Islas Terceras.
El Coro.- Este espacio está dedicado a la música y la liturgia, incluyendo cantorales, pasionarios y los libros de consagración de la Basílica. Desde aquí se pueden contemplar además los grandes relicarios que están situados a ambos lados del altar mayor.
Claustro Alto.- Aquí se exponen los tapices de Michel de Coxcie de la serie La construcción del Arca de Noé. También permite admirar con detalle los frescos de Lucas Jordán de la escalera principal.
Sacristía de Capas.- Es el espacio denominado Arte español para el Monasterio, con siete cuadros de Navarrete El Mudo. Pueden apreciarse igualmente los ternos de las Calaveras, la Vida de Cristo y San Lorenzo, obras del propio taller de bordados de El Escorial. Esta parte de la muestra se completa con los libros miniados.
La Escalera Principal.- Se trata de una de las primeras y mayores escaleras imperiales construidas en el Renacimiento. Los frescos de la bóveda, obra de Lucas Jordán, representan la Gloria de la Monarquía Española.
Iglesia Vieja.- Aquí se conservan El martirio de San Lorenzo, de Tiziano, y las copias de La sepultura de Cristo y La adoración de los Reyes. También se expone la serie de tapices denominada Paños de Oro.
Patio de los Evangelistas.- Constituye uno de los conjuntos del Monasterio donde la ortodoxia clasicista y vitruviana se sigue con máximo cuidado. El templete central, obra tardía de Juan de Herrera, está decorado con esculturas de San Juan, San Lucas, San Marcos y San Mateo, de Juan Bautista Monegro. El padre Sigüenza se refirió a este espacio como el jardín del Edén del que nacen los ríos que riegan los cuatro parterres, conocidos entonces como Asia, África, Europa y América.
Claustro Bajo y Basílica.- Una vez atravesado el patio, nos encontramos con los frescos de Tibaldi, que recogen escenas del Nuevo Testamento, hasta acceder a la Basílica, punto y final de esta exposición, que se puede visitar hasta el 14 de septiembre..