El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Estos días estamos asistiendo a la liquidación política de Durán i Lleida y Pere Navarro, lo que me hace reflexionar sobre estos tiempos turbulentos que vivimos y, aún más, sobre los tiempos devastadores que están por llegar para todos los españoles, siempre que nadie lo evite. Aquí ya no caben ‘las medias tintas’ de personajes como Navarro y Durán, desgraciadamente para ellos y, cómo no, para todos los españoles.
No es posible (visto lo visto) dejar caer en el olvido cierto paralelismo de la situación de estos personajes con individuos de otras épocas caóticas que se han vivido en España, como por ejemplo la Segunda República (no votada por los españoles), o cómo olvidar a nombres propios como Julián Besteiro, aquel dirigente socialista ‘moderado’ que fue poco menos que linchado políticamente por compañeros de su propio partido, simplemente por discrepar y denunciar las políticas ‘revolucionarias’ de sus compañeros de partido que sembraron las calles de sangre contra todo aquel que no comulgara con el marxismo y con la dictadura del proletariado. Pues bien, ahí tienen a Durán linchado políticamente por sus compañeros de coalición por considerarlo poco comprometido con la causa separatista de destrucción de España. El cerco sobre el político catalán se estrecha en busca de su inclinación política, por supuesto. Es ya, fíjense, hasta un tipo incómodo para el ‘proceso’, él y todo aquel que se sale un milímetro del guión marcado por el binomio Mas/Junqueras. Fíjense, por poner un ejemplo, en el cantante Raimon, antaño héroe de la nova canço durante el franquismo, quien ha sido acusado, en algunos círculos separatistas, de españolista (menudo insulto). El ‘crimen’ de Raimon ha sido decir que él esto del independentismo “no lo ve del todo claro”. Un ejemplo más de que en Cataluña o se es de la ‘tribu’ o se está en contra de ella. A eso se ha llegado.
Don Mariano y sus ‘palmeros’ han sido y son complacientes con la situación actual en Cataluña al no ser conscientes de lo que tienen entre manos, cerrando los ojos a las reiteradas deslealtades contra los derechos del pueblo español y las leyes democráticas de este país que perpetra la Generalitat sin ningún rubor.Y lo grave de todo esto es que nos estamos jugando la destrucción de España, lo más sagrado para el español bien nacido.