OPINIÓN
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
Después del atracón isidril vuelve a imperar la normalidad taurina. Este año ha sido un atracón de jamón del bueno y con caviar; la feria ha sido extraordinaria. Notable. Muchas cosas han pasado en su ruedo y muchos toreros han salido con fuerza de Madrid. Miguel Ángel Perera se ha consagrado en máxima figura del toreo tras cortar cinco orejas y abrir dos veces la puerta grande, una además con el mérito de hacerlo a un toro de Adolfo Martín. Desde 1996 un torero no lograba salir dos veces por la soñada puerta grande de Las Ventas en una feria. Es de justicia reconocer el buen trabajo de la empresa Taurodelta y de la Comunidad de Madrid, que en plena crisis han confeccionado un abono de 31 tardes consecutivas y con unas entradas de público extraordinarias. Madrid sigue marcando la pauta y sigue siendo el espejo donde mirarse todas las ferias. La plaza de Las Ventas continúa gozando de muy buena salud y hay que seguir para que una plaza tan importante siga por el mismo sendero.
Tampoco hay que olvidar el factor toro: se ha lidiado un toro serio, pero bien hecho y casi siempre de buen tipo. Las corridas de Parladé, Fuente Ymbro o Puerto de San Lorenzo han destacado y buenos toros sueltos de Miura o Adolfo Martín, aunque como el de Zahariche, ninguno. Nos acordaremos.