El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó esta semana la declaración de interés turístico de la Semana Santa de San Lorenzo de El Escorial y de la Travesía de las Cumbres, dos celebraciones bien distintas, pero que comparten la participación de los vecinos como elemento fundamental, subrayando que las fiestas, en su más amplia acepción, también forman parte de nuestro patrimonio cultural, y que como tal así han de ser reconocidas y valoradas por administraciones y ciudadanos en general, al margen del debate político que muchas veces domina la esfera pública. El primer desfile procesional en San Lorenzo se remonta a la época de Felipe II, durante la construcción del Monasterio, si bien es la Junta de Cofradías la que, ya en el siglo XX, dio el empujón definitivo a esta manifestación religiosa y popular que desde hace años tiene una importancia notable entre los gurriatos, como muestra el hecho de que son centenares los vecinos que forman parte de las distintas hermandades.
En el caso de la Travesía de las Cumbres, que tiene lugar el 15 de agosto, último día de las fiestas patronales, tiene una historia de más de medio siglo, consolidándose como una de las pruebas populares con más arraigo en la Comunidad de Madrid. Su carácter no competitivo y el hecho de que únicamente se pueda participar en pequeños grupos, y no de forma individual, subrayan el ambiente festivo de las Cumbres, sin olvidar el importante patrimonio medioambiental del entorno del Real Sitio. Todo ello viene a reforzar la posición de privilegio de San Lorenzo de El Escorial dentro de nuestra región, con una oferta turística y cultural de primer orden -cabe recordar en este sentido que la Romería de la Virgen de Gracia fue declarada hace tiempo fiesta de interés turístico nacional-.
Cierto que en los últimos años se ha registrado un ligero descenso en el número de visitantes, de manera similar a lo que ha ocurrido en la Comunidad de Madrid en general, pero cabe situar estos datos en un contexto de crisis, sin olvidar que este hecho coincidió con el cierre temporal del Valle de los Caídos. Ahora que comienzan a vislumbrase algunos signos, todavía leves, de recuperación, es el momento de trabajar de forma decidida para que éste sea el verdadero motor económico de la localidad, como ha ocurrido durante años, con propuestas como el Festival de Verano en el Auditorio -del que también ofrecemos información en estas mismas páginas- o la exposición De El Bosco a Tiziano, Arte y Maravilla en El Escorial, que tras su brillante paso por el Palacio Real de Madrid se inaugurará el 24 de junio en el Monasterio y que está llamada a ser uno de los grandes atractivos de la localidad durante los próximos meses.