El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El próximo miércoles 11 de junio, festividad de San Bernabé, el alcalde hará entrega en el Pleno de Honores y Distinciones de los máximas reconocimientos que otorga el Ayuntamiento de El Escorial.
En 2014, recuerdan fuentes municipales, “estamos de aniversario, ya que se cumplen los 40 años de la apertura del colegio Felipe II, centro escolar de referencia para muchísimos escurialenses que han pasado por sus aulas”. En tono musical también se escriben este año los reconocimientos. Por un lado, desde el punto de vista tradicional, desde el folklore más enraizado con un homenaje a la Escuela Municipal de Dulzaina y Tamboril -creada en 2004 y que actualmente es dirigida por David Huerta-, que recibirá la Medalla de la Leal Villa, misma condecoración, pero al mérito artístico, para Los Rimau, un grupo formado por varios jóvenes escurialenses. Echando la vista atrás, hay dos personas que merecen “el respeto y admiración de todos”, subrayan desde el Ayuntamiento. Una de ellas representa a toda una generación de jóvenes que durante la transición democrática se unieron bajo la tutela de los padres de Sagrados Corazones y más concretamente bajo la figura de Osvaldo Aparicio, que recibirá el título de Hijo Adoptivo. Lamentablemente, la otra persona ya no está entre nosotros pero su legado se mantiene en la memoria de todos cuantos le conocieron. Se trata de Víctor Parra, escurialense de nacimiento, cacique de pro, amigo de sus amigos e involucrado en todo lo que ha sucedido durante los últimos años en El Escorial y más concretamente en el Club Deportivo Escorial. También recibirá el título de Hijo Adoptivo.
El título de Hija Predilecta de la Leal Villa recaerá en Patricia García Rodríguez. Nacida en El Escorial en 1989, es Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en Madrid, jugadora de la selección española de rugby y Secretaria de la Comisión de Atletas de Europa.
Pero sin duda la distinción más importante de este año será para el colegio público Felipe II. En 1969, el Ayuntamiento de El Escorial entró en conversaciones con el Ministerio de Educación y Ciencia para proceder a la construcción de un nuevo grupo escolar, debido a la falta de plazas en el municipio. En aquellos años podemos decir que existían cuatro colegios públicos, aunque en realidad eran aulas dispersas por el municipio: Padre Gerardo Gil (hoy día en su lugar se encuentra el Centro Cultural); aulas o colegio público Padre Villacastín (hoy colegio de Educación Infantil Padre Gerardo Gil), aulas del antiguo Patronato de Matías López y clases en el edificio del Ayuntamiento.
En 1970, el pleno del Ayuntamiento acordó ceder una parcela de unos 10.000 metros cuadrados, situada en la zona de Navaarmado, para la construcción del nuevo colegio. Ese mismo, año la Junta de Construcciones, Instalaciones y Equipo Escolar presentó el proyecto del nuevo Centro de Enseñanza General Básica de El Escorial, el cual tendría 16 aulas.
Problemáticos inicios
Las obras comenzaron en el año 1972 y el primer curso organizado fue el de 1974-1975, el cual comenzó con muchos problemas, como se puede comprobar por algunos documentos encontrados en el Archivo: no funcionaban los sanitarios, no funcionaban algunas instalaciones y faltaba mobiliario, por lo que tuvieron que aprovechar las pizarras, mesas y sillas del antiguo colegio Padre Gerardo Gil. Esta precariedad provocó que para muchos se entendiera que la inauguración oficial del colegio se produjera tras finalizar su dotación, más o menos para el curso 1975-1976.
Desde sus comienzos el colegio fue creciendo tanto en el número de aulas como sus instalaciones: gimnasio, despachos, sala de profesores, casa del conserje, etc. Pero el crecimiento no sólo se ha producido en sus instalaciones, sino que curso a curso los diferentes equipos directivos, los profesores y AMPAS del colegio han ido comprometiéndose con sus alumnos y el centro, haciendo de él un centro de referencia, destacan desde el Ayuntamiento. Actualmente está adscrito a la red de centros públicos bilingües de la Comunidad de Madrid. Cuatro han sido sus directores desde 1974: Ildefonso Bermejo, Julio García Gallego, Pedro Sánchez Hernández y Estefanía Carrancio.
Finalmente, la Medalla de la Leal Villa en la categoría de plata se entregará a los empleados municipales jubilados Gloria Alberquilla Cabrero, María Dolores García Botello, María Ángeles Núñez Herranz, Eusebio Soto Alonso, Julio Rodríguez Ventura y Rafael Pozas Ortiz, así como, a título póstumo, Gonzalo Ibáñez Pérez y Andrés Domínguez Macías, trabajadores fallecidos en 2013.