Toros

Miguel Ángel Perera vuelve a abrir la puerta grande de la plaza de Las Ventas

ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
La Feria de San Isidro 2014 tiene marcada con letras de oro para la historia de la Tauromaquia el nombre de Miguel Ángel Perera, ya que el pasado martes 3 de junio volvió a descerrajar la puerta grande por segunda vez consecutiva. Cinco orejas conquistadas en el serial ponen la feria muy cara, consagrándose como máxima figura del toreo en este momento. La feria de este año tiene una nota muy alta, el público ha respondido de forma notable a unos carteles bien confeccionados y los resultados son notables y con un gran puñado de tardes con mucho argumento. Un buen trabajo el de la empresa Taurodelta y la Comunidad de Madrid, una apuesta valiente y con la ayuda de la suerte acaba dando frutos para un serial para el recuerdo.


Volviendo al éxito de Perera, el mérito es doble, al conseguir desorejar a un toro del hierro de Adolfo Martín que resultó encastado y con raza, pero al que el extremeño acabó sacándole todo su potencial a base de valor, capacidad, paciencia y un temple sublime. Supo sacarles varias series, sobre todo de varias tandas de naturales con una profundidad pasmosa, que hicieron crujir los tendidos de Las Ventas. Muy firme y manejando los trastos con mucha suavidad tiró de la embestida del toro con largura y temple. El espadazo en la yema resultó letal para agarrar dos orejas y salir en volandas por segunda vez en lo que va de feria.

El esperado encierro de Adolfo Martín logró llenar la plaza y resultó un encierro variado y con toros de diferentes comportamientos y caracteres que centraron la atención del público. Diego Urdiales también tuvo una actuación interesante con un toro de temple y con fijeza, aunque el público, esta vez, le trató con excesiva dureza. Firmó muletazos que fueron carteles de toros, si bien al conjunto le faltó unidad, y por eso el público no acabó de meterse en la faena. Aunque dejó varias pinchazos, el premio fue muy rácano, ya que dejó momentos muy estimables.

Orejas para Abellán y Aguilar
Otro nombre propio es el del madrileño Miguel Abellán, quien gracias a su esfuerzo ha logrado ganar crédito en su carrera profesional que pasaba por horas bajas. Su actuación resultó épica y su entrega no tuvo límites ante la dura y complicada corrida de El Montecillo jugada el pasado viernes 30 de mayo. Toreó muy bien sobre la mano zurda hasta que sufrió una voltereta dramática de la que salió conmocionado. Volvió a la cara del toro en una muestra de arrojo, y si la espada hubiera viajado más seguro hubiera podido tocar pelo. Pasó a la enfermería y después de una cornada en la axila tuvo el coraje de salir para estoquear la mole de El Montecillo que le aguardaba en los chiqueros. Su faena resultó muy emotiva y meritoria, aguantando las miradas y probaturas del toro. No se afligió el torero, que dejó momentos de muy buen tono. Tras una estocada arriba, se llevó un trofeo a su esfuerzo.

Alberto Aguilar fue otro de los diestros que han dejado muy buen sabor de boca, logrando pasear un trofeo de ley en la corrida del domingo 1 de junio. Su labor frente al mejor toro de los tres que lidió la vacada de Montealto fue importante y con mucha inteligencia. Gracias a su capacidad fue metiendo en la muleta a un astado que fue rompiendo y sacando buena condición a medida que Aguilar le iba consiguiendo y ligando las series con precisión y temple. El buen espadazo fue el colofón a una actuación bien valorada por la afición venteña.

En la corrida de rejones celebrada el sábado 31 de mayo hay que rescatar el triunfo del rejoneador Sergio Galán, que cortó tres orejas en una tarde con momentos de toreo a caballo muy brillante. También logró pasear un trofeo Pablo Hermoso de Mendoza, que estuvo a un nivel muy alto, como es habitual en el rejoneador navarro.

Decepción
Uno de los festejos más decepcionantes fue en la corrida celebrada el jueves 29 de mayo. Era uno de los carteles más redondos del serial, pero el fracaso fue mayúsculo frente a un descastado encierro de El Pilar que no tuvo la presentación requerida para esta plaza. El público se mostró muy hostil, sobre todo con José María Manzanares, al que reprocharon su colocación y su toreo hacía fuera y poco ajustado en la reunión.

Lo mejor de esta anodina tarde llevó la firma de Alejandro Talavante, con buenos pasajes ante el toro de mayores posibilidades. Pudo tener premio si la espada hubiera viajado con más precisión. Sebastián Castella acusó frialdad y no sale bien parado de esta feria de San Isidro 2014 que en estos días celebra sus últimos capítulos.