Editorial

Las elecciones al Parlamento Europeo celebradas el pasado domingo, desde el punto de vista de la Sierra

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Aunque es obvio que los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo celebradas el pasado domingo no se pueden trasladar directamente al ámbito municipal, sí se puede hacer una lectura que es común a todos los municipios de nuestra comarca: los dos grandes partidos, PP y PSOE, están en retroceso, aunque en el caso de los populares parte de este descenso se puede atribuir a la abstención de sus potenciales votantes, mientras que los socialistas se encuentran con una ‘fuga’ a la izquierda que ha beneficiado tanto a IU como a ‘Podemos’. Son ambas formaciones, especialmente la liderada por Pablo Iglesias -y en menor medida también UPyD, aunque su ascenso ha sido más moderado-, las que han conseguido atraer el voto ‘indignado’, además de convocar a un sector de la población que tradicionalmente no acudía a las distintas citas con las urnas. El PP se deja una media de 20 puntos, pero aún así sigue obteniendo un apoyo de un tercio de los votantes, mientras que especialmente sangrante resulta la situación del PSOE, con un porcentaje de entre el 15 y 18 por ciento, muy lejos de las cifras que debería tener un partido que pretende presentarse como una clara opción de gobierno, lo que obligaría a adoptar decisiones de peso desde este mismo momento, sin esperar a lo que pueda pasar a nivel nacional. En algunas localidades además el descenso sitúa a los socialistas en mínimos históricos, como en Torrelodones, Hoyo de Manzanares, Alpedrete, Galapagar o San Lorenzo de El Escorial
En las filas del PP hay quienes entienden que los resultados no son especialmente malos teniendo en cuenta que venimos de varios años de ajustes, recortes y subidas de impuestos, confiando en que la recuperación económica y la movilización del electorado harán que la situación sea distinta en las municipales de mayo de 2015; pero también hay quienes asisten con preocupación a este escenario político, dominado por una atomización del voto como consecuencia de la pérdida de fuerza del bipartidismo. Más allá de la abstención, lo que unos y otros deberían hacer es reflexionar de forma intensa ante el desencanto que buena parte de la ciudadanía ha trasladado con su voto este 25-M.