JAIME FRESNO | Miércoles 22 de octubre de 2014
Carlos Soria hizo cima en el Kangchenjunga (8.586 metros) a las 5:20 del domingo 18 de mayo, hora española, 9:05 hora nepalí, en compañía del geólogo Sito Carcavilla, el cámara Luis Miguel López y el doctor Carlos Martínez, además de los cuatro sherpas de la expedición, con su inseparable Muktu a la cabeza -”tenemos una relación como no os la podéis imaginar”, diría después- . El abulense afincado en Moralzarzal logró la gesta de erigirse en el hombre de más edad, 75 años, en hollar la cima de la tercera montaña más alta del planeta, tras casi 14 horas de ascensión desde el Campo 3, instalado a 7.550 metros, al que llegaron de vuelta tras completar la primera parte del descenso poco antes de las 5 de la tarde del domingo, según confirmó a este periódico Dani Salas, el hombre que ha coordinado las comunicaciones de la expedición desde el Campo Base. En total, 24 horas de esfuerzo continuado, “una barbaridad cuando se hace por encima de los 7.500 metros”, como anticipó Salas. El cámara de altura y director de la productora Dokumalia, que ya firma dos películas sobre Carlos Soria, transmitió unas primeras impresiones del montañero nada más hacer cima marcadas por la emoción:
“Ha sido una ascensión muy dura y todavía nos queda la bajada, pero estoy encantado de poder ofrecer por fin una cumbre a nuestros patrocinadores del BBVA, y a todos nuestros seguidores en todo el mundo que son muchísimos. Tengo la suerte de que puedo hacer lo que me gusta. Ahí estamos. Como he dicho un saludo para los seguidores, los amigos y sobre todo la familia y las familias del resto del equipo. Un abrazo”.
Tras estas palabras, la expedición emprendió el largo descenso hacia el Campo 3, “con una primera parte de 250 metros, o así, muy peligrosa”, explicó Soria. El jefe de la cordada explicó que en el ascenso, “por un terreno mixto muy difícil”, vio a uno de los cadáveres del año pasado, en referencia a la tragedia de los cinco alpinistas fallecidos en el descenso en la primavera de 2013, cuando Soria decidió darse la vuelta ese mismo día en la cota 8.300, al constatar que el esfuerzo realizado no le permitiría bajar en condiciones. “Claro que me acordé al pasar por allí. Sigo pensando que hice lo correcto, porque íbamos ya tarde y son 2.000 metros de desnivel”, dijo.
Dani Salas ya había explicado el miércoles desde el Campo Base que la principal dificultad del Kangchenjunga está en que obliga a una última jornada muy larga, con el añadido de la gran altitud, sólo superada por el K-2 y el Everest. Soria hizo la ascensión final utilizando oxígeno, no así en el descenso, donde el veterano montañero siempre dice que la carga de las botellas le molesta. El ataque final al Kangchenjunga fue técnicamente impecable, aunque la salida de la cordada a la cumbre tuvo que aplazarse 24 horas tras comprobar que el viento había arreciado en la cima. Cuando coronaron el domingo, en una mañana espléndida y sin viento, la expedición se hizo las fotos pertinentes en la tercera montaña más alta del planeta, “un montañón”, según Soria, y en cuestión de minutos emprendió el descenso.
El equipo alcanzó el Campo Base el lunes, tras pasar una noche en el Campo 3 y realizar una parada técnica en el Campo 1. El miércoles, cuando la expedición ya había recogido todo el material, un empeoramiento del tiempo impidió que el grupo volara en helicóptero a Katmandú, donde esperan pasar el fin de semana antes de regresar el lunes a Madrid.
El éxito de Carlos Soria le sitúa a sólo tres ochomiles del reto de completar los 14 que hay en la Tierra. Le faltan el Annapurna, el Daulaghiri y la cima principal del Shisha Pangma, aunque Carlos tiene en su palmarés desde 2007 la cima central de este último, sólo unos metros inferior, de ahí que ya cuente 12 ochomiles, diez de ellos conseguidos tras cumplir 60 años. Precisamente ése será su próximo reto, en otoño: conquistar el Shisha Pangma, tras abandonar en su primer intento en 2013.