Corbella, en la imagen ante el Pinto, anotó en Valdebebas su duodécimo gol en Liga (Foto: EL FARO)
JAIME FRESNO | Miércoles 22 de octubre de 2014
El CUC Villalba no sólo rozó la campanada en Valdebebas, sino que se hizo acreedor a ella. Otro gol en el descuento, el segundo en la cuenta del madridista José Manuel, evitó la victoria de los de Javier de Lucas. Los goles en el intervalo de un minuto mágico de la segunda parte de Corbella, que ya suma 12, e Iván Pérez lograron voltear un marcador que le era adverso al Villalba desde el minuto 31 de la primera parte. “A raíz del cambio de Oliva por Galán les fuimos a presionar arriba y dejamos de esperarles. Fue ahí donde llegaron los goles. El empate al final fue una pena, pero me quedo con la línea de juego que llevamos. Estuvimos impresionantes y eso debe ser lo principal”, analizó el técnico. En muchos momentos, el Madrid C estuvo a merced de un Villalba punzante a la contra. Aarón y Millán desestabilizaron a la zaga madridista por ambos lados y Corbella se bastó para completar el trabajo de intimidación. El catalán, en un estado de gracia que tiene encandilada a la afición, tuvo incluso en su cabeza el 2-3 en tiempo de prolongación. “La lectura general del partido es muy positiva. La lástima son los puntos que se nos han ido al final”, coincide en señalar el presidente, Florentino Martínez.
El Villalba volvió a jugar contra marea en Valdebebas. Al gol en contra se le sumó la retirada por lesión de Míchel a los 17 minutos y una nueva serie de tarjetas amarillas en contra, hasta cinco en total, en el marco de un arbitraje correcto que viró a cierto caserismo en el tramo final. Además, Javier de Lucas apuntó esta semana otro detalle: “Días antes el Real Madrid nos comunicó que jugaríamos en césped natural, cuando ellos normalmente los hacen en artificial; y los aspersores funcionaron durante todo el calentamiento. Estaba claro que buscaban unas condiciones a las que no estamos acostumbrados, porque en toda la Liga apenas tenemos dos o tres partidos en hierba natural”.
Al final, el 2-2 dejó un sabor agridulce por cómo se desarrolló el partido, pero la brillantez del juego vuelve a hacer soñar a la afición.