Imágenes

Brutal asalto en un chalé de la urbanización Roncesvalles de Galapagar

“No nos lo podemos quitar de la cabeza. Si uno no puede estar seguro en su casa, ¿dónde vamos a ir?”
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Es la imagen de la semana. El rostro completamente ensangrentado de Ignacio Santiago, propietario de un chalé en la urbanización Roncesvalles, en Galapagar, que el pasado día 9 de noviembre, cuando volvía de trabajar, se encontró con una escena que todavía sigue pasando una y otra vez por su cabeza. Su hija mayor, Silvia, estaba maniatada en una esquina del salón, mientras un hombre encapuchado intentaba estrangularla. Aquello fue sobre las 20.15 horas. Minutos antes, una banda compuesta por cuatro personas había asaltado la vivienda, en el que entonces sólo estaban Silvia y la mujer de Ignacio, Inmaculada, que se encontraba bañando a su hija en el piso superior. Los ladrones, que llevaban cubiertas sus caras con pasamontañas, amenazaron a Inmaculada, exigiendo que les indicara dónde estaba la caja fuerte. “Lo que pasa es que no tenemos caja fuerte”, señalaba Inmaculada este miércoles en una conversación con El Faro del Guadarrama. Ese día, lo primero que encontramos al llegar a la urbanización Roncesvalles fue una patrulla de la Guardia Civil. Eran, como hace dos semanas, las ocho de la tarde. Pero aquel día, aquel miércoles 9 de noviembre, las imágenes eran bien distintas. El hecho de que no encontraran la caja fuerte crispó los nervios de esta banda de asaltantes, compuesta por tres ciudadanos del este y una persona más -probable cabecilla- de origen latinoamericano. Los ladrones reaccionaron con enorme violencia, ensañándose con Ignacio Santiago y un amigo que le acompañaba, Diego, que todavía presenta una fuerte contusión en la cara y que acabó con dos costillas rotas, un neumotórax, esguince de muñeca, contusiones de todo tipo y 14 puntos en la cabeza; él pudo responder golpeando con un tronco de leña en el rostro de uno de los ladrones, un dato que, señala, puede ser importante para su identificación. “Se llevaron 450 dólares en efectivo, algunos euros, una colección de relojes y varias joyas; y el coche, que luego dejaron abandonado en la carretera de Villasolita”, relataba Ignacio Santiago, quien indica que lo peor no son, ni mucho menos, las pérdidas materiales: “Es algo que no nos podemos quitar de la cabeza. Si uno no puede estar seguro en su propia casa, ¿dónde vamos a ir? Es una pesadilla”. En todo caso, no se trata de un hecho aislado: desde el pasado día 10, la Guardia Civil tiene constancia de al menos otros cuatro asaltos de características muy similares, lo que hace pensar que esta peligrosa banda sigue actuando. Chalés de Torrelodones, La Navata y Collado Villalba han sido esta vez los escenarios de los robos, uniéndose así a otros casos recientes en Collado Mediano, Los Arroyos y otras localidades de la Sierra, por lo que esta familia denuncia la falta de seguridad y la escasez de efectivos policiales para atender las necesidades de las numerosas colonias de la zona. “Ahora puede estar una patrulla a la entrada de la urbanización dos horas, de siete a nueve, pero eso no es ninguna garantía. Pagamos unos impuestos y no recibimos nada a cambio”, indica Ignacio Santiago, que añade que el Ayuntamiento les impide cerrar el acceso a Roncesvalles, alegando que se trata de un paso de servidumbre, algo que considera completamente anacrónico. “La gente tiene que saberlo para que tome medidas”.