Opinión

Tres pérdidas entrañables

Manuel Orio

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Uno no se percata del paso del tiempo y el drama que eso supone hasta que no van cayendo sus referentes más cercanos. El mundo en el que me incluyo ha llorado estos días desconsolado la muerte de Gabriel García Márquez con el que muchos de nosotros descubrimos la inmensa transcendencia de contar historias, que es lo que Gabo hizo siempre con sincera maestría y habilidad inimitable.

Pero también se han muerto dos personajes más jóvenes y mucho más cercanos que están inscritos en el catálogo de mis emociones y mis más endebles recuerdos del día en que yo era joven, échale un galgo a la cosa. La semana pasada, falleció de pura melancolía, solito en su casa de Torrelodones, rumiando la infinita nostalgia de un tiempo que se fue, Antonio Morales Barreto ‘Junior’, cuya etapa final ha sido muy amarga de tele en tele y tiro porque me toca, contando las pequeñas miserias familiares y las broncas con su prole por la cuantiosa herencia dejada por mamá Rocío. Junior era sin embargo para mi una pieza maestra del imaginario porque era miembro fundador de los Brincos, mi banda española favorita y eso es suficiente para que este hombre desvencijado y empobrecido de mayor, se gane un lugar de excepción en mi modesto corazón de fan. Y para completar la lista, días después se nos ha ido Alfonso Sainz que fundó con su hermano Lucas los Pekenikes. Y hablar de los Pekenikes es mentar uno de los referentes más valiosos y entrañables del pop español cuando éste merecía ser escuchado. En una semana hemos perdido, pues, a tres ídolos juveniles y piezas claves para entender el latido de toda una generación. Menos mal que aún nos queda el Real Madrid.