OPINIÓN
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
El empresario Tomás Entero ha vuelto a presentarte al concurso de la plaza de toros del Puerto de Santa María. Después de un primer intento fallido, ahora sí los vientos políticos del Levante portuense le han soplado de cara. No había rival alguno, tampoco colega que se aventurara en competencia, pilotando el concurso Millán Alegre, concejal de Festejos, que ha hecho más ridículo que el primero, recibiendo ‘palos’ y críticas por doquier.
Lo de los pliegos de condiciones que en ocasiones elaboran algunas Administraciones tiene una mezcla de rocambolesco y de cachondeo. El empresario de Colmenarejo presentó una oferta para la licitación que había convocado el Ayuntamiento del Puerto de Santa María, pero fue rechazada al no darse por buena la documentación. Se comenta que no tenía la certificación de algunas plazas de toros que había gestionado. También la experiencia había sido otra de las claves en esta decisión. El Ayuntamiento portuense decidió elaborar un nuevo pliego, cambió varios apartados y, con carácter de urgencia, lo volvió a sacar. De nuevo Tomás Entero fue el único empresario que se presentó a un concurso puesto en entredicho y polémico. Ahora, ahí lo tiene, todo suyo, plaza incluida. Una oportunidad de oro para un pliego duro y un coso exigente. Aunque Entero sea empresario de Huesca, lo hace con los hermanos Luna, sin quedar definido su papel. Ahora camina en solitario.