Editorial

El Ensanche de El Escorial, una histórica aspiración ante la que no existe “rechazo social”

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Este domingo se celebra en El Escorial y San Lorenzo una marcha reivindicativa en la que distintos colectivos y grupos políticos expresarán su rechazo a la política urbanística en ambos municipios, mostrándose como “ciudadanos indignados ante el empecinamiento de sus regidores con la especulación y el ladrillo, a pesar de las terribles consecuencias de la burbuja inmobiliaria”. La convocatoria se desarrollará con distintas paradas en los que consideran ejemplos más significativos de la gestión de ambos ayuntamientos (entre otros, el proyecto de las Carmelitas, del que ya hablamos en este mismo espacio hace dos semanas). Tras salir de la plaza de España de El Escorial, alcanzarán el sector del Ensanche, proyecto del que afirman que ha “tenido un gran impacto ambiental y parece abocado al fracaso”, obviando en cualquier caso que este desarrollo es una histórica aspiración del Consistorio escurialense, ya sea bajo gobiernos del Partido Popular o con mandatos de la izquierda. De hecho, de las previsiones iniciales que se manejaban hace 10, 15 ó 20 años, con un crecimiento de entre 1.000 y 1.500 viviendas, el proyecto que finalmente se puso en marcha la pasada legislatura limitaba ese número a 500.

Por otra parte, sería absurdo negar que este desarrollo ha echado a andar precisamente en una época especialmente complicada desde el punto de vista económico, pero no es menos cierto que, independientemente de estas circunstancias, el Ensanche -cuyas obras de urbanización han incluido el asfaltado de calles que hasta bien poco aún estaban en tierra- posibilitará en el futuro la implantación de empresas, favoreciendo una actividad que actualmente se encuentra con importantes limitaciones en el municipio, lo que además contribuirá a la creación de puestos de trabajo. Igualmente, permitirá al Ayuntamiento de disponer de suelo para la construcción de nuevos equipamientos. Lo que de ninguna forma puede plantearse como solución es el inmovilismo, máxime si como en este caso no existe ningún tipo de “rechazo social”. Más bien al contrario, ésta es una actuación refrendada por los ciudadanos (era el proyecto estrella del PP en las elecciones de 2007, al igual que en 2011) y por el que además han luchado desde hace décadas políticos de uno y otro signo, con discrepancias en los parámetros, pero sin poner en duda que el crecimiento de El Escorial (ahora de forma más razonable y respetando además las viviendas que ya existían en el sector) pasaba por la puesta en marcha de este desarrollo.