El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El aún secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba tiene dos razones, entre otras, lo suficientemente convincentes, para plantearse el abandonar cuanto antes la política, y no sólo por la edad -cumplirá 64 años en 2015-. La primera de ellas, por dignidad, tras haber arrastrado al PSOE al nivel más bajo de su historia en cuanto a intención de voto (lo situó en un ínfimo 27 por ciento). La segunda, a tenor de las encuestas publicadas últimamente, está sustentada en el gran descenso que ha experimentado su persona en cuanto a valoración política se refiere, sobre todo por el nulo efecto conseguido en el último cónclave socialista con su lacrimógeno discurso de clausura. Tanto es así, que en caso de que acudiese a las primarias de su partido, otras posibles candidatas, caso de Carmen Chacón y Susana Díaz, están entre las preferidas de sus compañeros/as, viéndose con ello relegado a un tercer lugar y asimilado a un desconocido como Madina. Posiblemente lo que más le duela a Rubalcaba, considerando la valía de sus presuntos competidores, sea verse comparado con ellas y tal circunstancia le suponga una ofensa difícilmente asumible.
Lo dicho, don Alfredo, todo tiene un final y al parecer el suyo está bastante próximo. Por usted, los suyos y su propio partido, dimita y retírese a su Cantabria natal. Todavía le quedan muchos años por aprender a disfrutar de la vida, pero por favor no nos castigue con unas “memorias”, porque el cupo ya está agotado y para varios años. Imagínese cómo se ha puesto el parque memorístico que hasta el inane José Luis Rodríguez Zapatero, a quien usted conoce a la perfección, ya nos ha amenazado con presentarnos las suyas... Claro que como usted bien sabe, este hombre es imprevisible y careciendo como carece del más elemental sentido del ridículo, todo podría ocurrir.
JOSÉ V. garcía
Collado Villalba