OPINIÓN
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
Hace un par de semanas comentábamos lo revolucionado que andaba el sector ante la aparición de pliegos de condiciones de plazas de titularidad pública o privada que eran dañinas para la salud de la Fiesta y que pueden marcar un devenir de pufos e impagos al no poder hacer frente las empresas adjudicatarias a semejante descalzaperros. Uno de estos pliegos era el que había redactado el Ayuntamiento del Puerto de Santa María para sacar a explotación su plaza de toros. Gestores tan conocidos en el mundo taurino y que gozan de credibilidad como Simón Casas, José Cutiño o Máximo Pérez denunciaron este atropello, que se producía con unas cifras inasumibles y un desglose muy elevado: canon fijo y variable, inversiones, obligación del mantenimiento del inmueble, pago del IBI, licencias, etc. Las críticas han sido feroces.
El Puerto no tenía novios y cuando parecía que el concurso quedaría desierto -que hubiera sido lo más coherente para frenar estos despropósitos de algunos políticos-, ha aparecido entre las tinieblas un pretendiente valiente. Un empresario, qué cosas tiene la vida, que había estado muy calladito, aunque ya se venía rumiando en el mundo del toro que no hablaba porque tenía intención de presentarse, cosa respetable. Nos referimos al serrano Tomás Entero, que ha sido el único en meter una propuesta este miércoles para gestionar la plaza de toros portuense. Posiblemente no vaya sólo; siempre es habilidoso y acabará convenciendo a alguien para que lo acompañe.
Sólo cabe esperar que esta aventura se salde con mejor éxito que su efímera incursión en la plaza de Vitoria, de donde salió como gato escaldado. Siendo justos, es hora de que este empresario apueste por gestionar este tipo de cosos, sin las subvenciones a que acostumbra, con altos cánones, manteniendo el inmueble, haciendo obras, con muchos festejos que organizar y teniendo que llevar a figuras y ganaderías de primera fila. En estas plazas donde nadie lo ve claro, es bueno que vaya Tomás Entero y demuestre su valía y su capacidad. La papeleta es muy gorda, aunque se comprende el deseo de recuperar el sitio perdido, coger plazas cuando no se tienen, pero desde luego que con cánones tan severos como este es muy complicado no salir tocado. Por lo pronto, no sabemos con qué empresa habrá ido a concursar al Puerto. Como dato digamos curioso, la feria de Valdemorillo no está organizada esta vez por Tomás Entero S,L., la sociedad habitual en su trayectoria, sino que será la empresa Equltauro, que nació para que este mismo empresario organizara hace ya varios años una feria del toro y del caballo en Pozuelo de Alarcón.
En el Puerto se presenta para el de Colmenarejo una verdadera oportunidad, una plaza de segunda categoría y su primera ocasión de gestionar un coso relevante en Andalucía.