Opinión

En libertad y justicia

El mirador

Víctor Corcoba

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La sensación de desorden que transmiten los agentes políticos y sociales en los últimos días, a mi juicio en una falsa búsqueda de la paz, viene generando un clima de crispación que deberíamos evitar.

Creo que lo que hace falta es poner orden, en libertad y justicia, si no queremos volver a viejas etapas, llamar a las cosas por su nombre y dejarse de ambigüedades, puesto que cualquier sociedad que aspire a ser justa, antes tiene que ser libre, lo que conlleva cerrar los pasos, con las únicas armas del derecho, a los que han seguido el camino de la amenaza y el chantaje para sembrar el terror. Hay que volver al camino de lo cabal, lo que requiere gobernantes capaces de imponer sus decisiones y acciones encaminadas a la desaparición de los sembradores de violencias. Si uno no encontrase sabiduría y fortaleza democrática suficiente para instaurar ese orden, y esa seguridad, debiera ser lo suficientemente caballero para bajarse del pedestal y dejar sitio para que otros tomasen la rienda. Para instaurar la paz hay que tener todos los apoyos habidos y por haber, para llegar al fondo del conflicto y poder resolverlo. Nadie sobra, todos somos necesarios. Por una parte, ETA se reafirma en los objetivos recogidos en la declaración del 22 de marzo, donde declaraba un alto el fuego permanente de cara a impulsar un proceso democrático en Euskal Herria. Por otra, tras asumir el atentado de Barajas, expresa su voluntad de reformar e impulsar el proceso y reitera su “firme determinación de responder en la medida que persistan los ataques contra Euskal Herria”. A ETA no sólo hay que decirle que con las armas no se refuerza e impulsa ningún proceso en libertad, hay que hacerle ver y convencer que solo desde los resortes democráticos es posible avanzar. ¿De qué ataques habla ETA si la más grave amenaza contra la paz es atentar cruelmente contra la vida humana y coartar la libertad de las personas?