Opinión

La ensoñación febril de Artur Mas

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha cosechado otro estrepitoso y cantado fracaso -y van...-, con su peregrina idea de mandar cartas a la Comisión Europea y a los presidentes y primeros ministros de todos los Estados miembros -bueno, todos menos el de España-, comunicándoles su proyecto de referéndum secesionista y pidiéndoles comprensión y apoyo.


Obviamente, nadie le ha contestado. El único que lo ha hecho, el presidente de la Comisión, Durao Barroso, le ha recordado cortés y escuetamente a Mas lo que había repetido con anterioridad él mismo y otros responsables de la Comisión: la ruptura con España supondría la salida inmediata de Cataluña de la Unión Europea. Y su mero planteamiento constituye un asunto interno de España, que ha de resolverse en España.

Esta iniciativa destinada fatalmente a caer en la irrelevancia refleja bien que el estado de ensoñación febril en la que se ha sumido Artur Mas le hace perder contacto con el principio de realidad, sin el cual uno puede ser cualquier cosa menos gobernante. En realidad, la misiva del presidente de la Generalitat estaba concebida para el mercado interior, porque si de verdad buscaba apoyo internacional debía hacerlo con discreción y tejiendo complicidades en los segundos niveles de los gobiernos, no con cartas abiertas que de antemano se sabe cómo van a ser contestadas. Con el silencio o con el rechazo.

La pérdida de relación con los hechos objetivos se nota en las reacciones del entorno de Artur Mas. Una fuente de la Generalitat -no identificada, tal vez porque le haya dado vergüenza- ha comentado así la contestación de Durado Barroso: “Una respuesta tan rápida demuestra que el tema catalán está en la agenda europea”. Estoy seguro que las carcajadas habrán llegado hasta Bruselas.

Pero el asunto no ha quedado ahí, pues por otro lado, un notable periodista abencerraje del catalanismo, le ha dado otra vuelta de tuerca al tema: “Al expresar la Unión Europea que el conflicto de Cataluña es un asunto interno de España, lo que realmente hace es incitar a Mariano Rajoy a resolver este asunto negociando la propuesta independentista con la Generalitat de Cataluña”. Como verán, más retorcido no podía ser el argumento.

Las excursiones internacionales de Artur Mas desde que, tras perder las elecciones autonómicas, abrazó el proyecto de Convergencia Democrática de Cataluña, es decir de los mismos que le arrebataron los votos, se han coronado ahora con esta carta con ínfulas en que se dirigía a los líderes europeos como a sus iguales y con el ninguneo de todos ellos. Lamentablemente para Cataluña y por tanto para los catalanes, Mas se ha declarado inmune a los requerimientos de la realidad