El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Parece mentira que, con la negra historia que para Collado Villalba ha supuesto (y supondrá, ya que el millonario canon por la obra ha de pagarse hasta el año 2046), el PSOE insista en minimizar la importancia de que el actual Equipo de Gobierno haya conseguido recuperar para los vecinos el parking de Honorio Lozano, de modo que, desde este domingo, las 1.000 plazas que suman este aparcamiento y el de la biblioteca Miguel Hernández se pueden utilizar de forma gratuita, con idénticas medidas de seguridad que las que la infraestructura tenía hasta ahora. Reclaman los socialistas que se garantice el mantenimiento, control y seguridad, lo que supone un verdadero sarcasmo si tenemos en cuenta la pasividad que este grupo mostró cuando gobernaba ante el lamentable devenir de las obras. En aquellos momentos, el PSOE, con José Pablo González como alcalde y buena parte de los actuales ediles socialistas como integrantes de su Ejecutivo (entre ellos el ahora portavoz, Juan José Morales, que se encargaba precisamente del área de Urbanismo), quitaba importancia a las grietas que sufrieron algunos edificios; a las escasas medidas de seguridad para quienes transitaban por la zona; a los modificados y complementarios que dispararon su coste hasta alcanzar los 40 millones de euros; o al retraso de unos trabajos que se adjudicaron precisamente a la empresa que, supuestamente, los iba a realizar en menor plazo. O el PSOE sufre ahora un preocupante proceso de amnesia, lo cual sería grave, o pretende tomar por tontos a los miles de villalbinos que durante meses sufrieron las consecuencias de esta obra y que, hasta dentro de 33 años, tendrán que seguir soportando con sus impuestos el disparatado coste del túnel-parking. Pero quizá lo más grave es que desde las filas socialistas señalen, a través de un comunicado, que el Ejecutivo no ha escuchado a los comerciantes, cuestión que se cae por su propio peso cuando fue el tema ha pasado por el Consejo Económico y Social, en donde están representados sindicatos, empresarios y grupos políticos. Y lo más curioso es que esa acusación viene precisamente del PSOE, que, cuando tuvo la oportunidad, ignoró las críticas no sólo de la oposición, sino de los más de 4.000 vecinos que pedían una consulta popular sobre la obra. Ya lo dijimos hace unas semanas: después de todo este historial, y puesto que no parecen dispuestos a pedir perdón, lo mínimo que deberían hacer desde el Partido Socialista es guardar silencio.