Toros

Un pacto de futuro

OPINIÓN

ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
El invierno taurino continúa con un inmovilismo absoluto. Parece como si el sector no tuviera una concienciación real de lo que está pasando. Nadie se pone las pilas y cada cual va a su bola sin pensar en el futuro más inmediato. Este año hemos visto como el número de festejos sigue cayendo, pero nadie mueve ficha. Más va a caer. Cuando llegue la primavera y el verano todo serán lamentaciones. Pero ahora es el momento. El sector taurino es el único que no ha reducido nada, todo sigue igual. No hay recortes ni por arriba ni por abajo. Los únicos damnificados que han tenido la decencia de apretarse el cinturón son los ganaderos, que son los que se han ajustado y se han visto obligados a reducir el precio del ganado. Del resto, ni uno. Los mayores implicados guardan un silencio interesado.

Pero es inviable que montar una novillada picada en un pueblo cueste más que antes de la dichosa crisis. Se achaca a que uno de los mayores males es el túnel, torear por debajo de los mínimos que marca el convenio; no lo negaré, pero existen muchos otros, y de eso no se habla. No existe una conciencia real de que las novilladas tienen que tener un concepto amateur, o la subida al 21% del IVA, un pago duplicado por Seguridad Social, retenciones desproporcionadas, unos mínimos que convendría revisar para que el coste de organizar un espectáculo no fuera tan gravoso.

No se trata de querer quitar una parte de la tarta a los banderilleros, a los veterinarios, a los picadores, a los médicos... pero o todos nos ponemos a remar en el barco o esto se hunde para siempre, al menos en los pueblos.

A lo mejor es que una novillada picada no puede tener nueve banderilleros y seis picadores. Respeto a todos los profesionales, pero o la cosa cambia o muchos cambiarán pronto de oficio.