Editorial

Recuperar para los vecinos el túnel-parking, un gran logro del actual Equipo de Gobierno de Collado Villalba

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Que el túnel-parking de Honorio Lozano y Batalla de Bailén es la obra más ruinosa e innecesaria que se ha hecho en Collado Villalba en décadas no es nada nuevo; que supone una losa enorme para las arcas municipales, tampoco; pero sí lo es el hecho de que el actual Equipo de Gobierno, consciente de esta situación, ha decidido ‘coger el toro por los cuernos’ y buscar una alternativa que, de paso, contribuya a “revitalizar el comercio y la hostelería de la ciudad”, tal como señaló el alcalde, Agustín Juárez (PP), en una reunión que mantuvo ayer con los comerciantes y empresarios locales.

El acuerdo se concreta en un convenio de cesión con la concesionaria, de modo que el Ayuntamiento recupera para los vecinos esta infraestructura (y también el parking de la biblioteca municipal Miguel Hernández). Gracias a esta iniciativa, los ciudadanos podrán disponer gratuitamente de mil plazas de aparcamiento durante las 24 horas, medida que tendrá una duración de dos años, prorrogables, y entrará en vigor el próximo 1 de diciembre. La realidad, tal como señalaba el regidor, es que “la construcción de este túnel-parking está suponiendo para Collado Villalba un gasto anual considerable, con escaso provecho”. Y por eso mismo, el Ejecutivo villalbino ha luchado para que de ese faraónico proyecto se pueda sacar el “máximo provecho posible”. Nada que ver, dicho sea de paso, con la dejadez y la permisividad con que actuó el anterior Gobierno del PSOE, pese a los continuos retrasos en las obras y al desmedido aumento del coste de esta infraestructura.

No hay forma de dar marcha atrás a su construcción, ni tampoco al elevadísimo coste que supone para las arcas municipales, pero de este modo sí que podrá tener una mayor utilidad para los villalbinos, beneficiando además al comercio de esta zona de la ciudad, que fue precisamente el que más sufrió las consecuencias de una obra que se alargó en el tiempo mucho más de lo prometido y cuyo coste, tras varios modificados y complementarios, se disparó hasta los 40 millones de euros. Ese despilfarro es irrecuperable, pero con esta decisión se contribuye al menos a devolver a los vecinos -aunque sea en parte- aquello que es suyo, permitiendo que puedan disfrutar de forma gratuita de esas mil plazas de aparcamiento de las que hablábamos antes.

Se trata de una medida que, por otra parte, viene a subrayar la capacidad del actual Ejecutivo para gestionar la ruina que el PSOE le dejó en herencia, como ya había demostrado con las actuaciones encaminadas a levantar el embargo que pesaba sobre los terrenos del Caño de la Fragua.