El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Los dos años que lleva el PSOE de Collado Villalba en la oposición han provocado, entre otras cosas, una fuerte división entre sus ‘familias’, lo que ha supuesto la ruptura del grupo municipal (seis concejales), dividido en dos grupos de tres e inmersos en una guerra fraticida de difícil solución. Pero si esto es grave, aún lo es más el distanciamiento que mantienen con los villalbinos, incluso con aquellos que durante muchos años les habían votado mayoritariamente, ahora incapaces de olvidar una pesadilla preñada de las mayores atrocidades que pueda cometer un político de medio pelo, de ahí el endeudamiento de la hacienda local, cuyo déficit actual puede rondar los 150 millones de euros, cifra que difícilmente se va a poder saldar en los próximos 30 años.
Abandonados a su suerte, los socialistas villalbinos no parecen haber aprendido la lección (su expectativa de voto, a día de hoy, apenas supera el 20%), y aún así, en vez de entonar el ‘mea culpa’ y pedir perdón por los desmanes cometidos durante una larga década, han preferido sumergirse en peleas internas en el seno de la propia Agrupación con del único objetivo de despedazarse los unos a los otros para poder dirimir quiénes van a ocupar finalmente los cargos de dirección del partido a nivel local.
Y todo esto ocurre bajo la complacencia del actual secretario general, Juan José Morales, antaño ‘delfín’ de su por entonces admirado compañero y ex alcalde, José Pablo González Durán, de quien en una entrevista concedida a El Faro del Guadarrama, publicada el 6 de julio de 2007, llegó a decir: “Tenemos un alcalde del que nos sentimos orgullosos y es un candidato para seguir muchos años al frente del Ayuntamiento de Collado Villalba”. Su opinión actual, al parecer, dista bastante de aquel pronunciamiento, aunque públicamente evite confesarlo, porque a fin de cuentas él, como edil responsable del área de Urbanismo y Medio Ambiente, respaldó durante muchos años las tropelías políticas de su ‘jefe’, entre ellas la recepción de la finca del Caño de la Fragua, cedida por este Consistorio a la UTE Ortiz-Cover para el depósito de los vertidos procedentes de las obras de construcción del túnel-parking de Honorio Lozano y Batalla de Bailén. Morales dio por bueno el estado de estos terrenos, con muchos árboles desaparecidos y varias toneladas de tierra y piedras sin retirar, basándose en un informe topográfico presentado por la propia constructora y que ni siquiera estaba visado por el Colegio de Ingenieros Técnicos de Topografía, lo que según publicó el diario ABC (9 de marzo de 2011)pudo suponer un ahorro para las citadas empresas constructoras de unos 600.000 euros (más de 100 millones de las antiguas pesetas), asunto este que a día de hoy aún sigue pendiente de resolución judicial.
Las primarias celebradas hace poco más de un año por los socialistas villalbinos, en las que optaron a la Secretaría General Rosana Crespo, representante de la familia ‘josepablista’ y defensora del continuismo, y Juan José Morales, que lo hizo apoyado por la corriente renovadora y los ‘acostistas’, se decantaron a favor de este último (60 a 40), lo que dejó aún más dividida a la Agrupación Socialista. Morales, consciente de ello, buscó de inmediato el apoyo del secretario general madrileño, Tomás Gómez, enemigo acérrimo del ex alcalde González, y durante el año que lleva al frente de esta formación su gestión ha estado salpicada de muchas más sombras que de luces, de ahí que la corriente más crítica haya empezado a movilizarse y a organizarse con el fin de impedir que Juan José Morales pueda encabezar la lista del PSOE en las elecciones municipales de 2015.
Uno de los miembros más significados de esta corriente nos decía: “Me temo que al final va a ser necesario disolver la Agrupación para empezar de nuevo. Nuestro partido tiene que volver a ser noticia en Collado Villalba por todo lo que aporte a la ciudad. Necesitamos quitarnos toda la porquería acumulada en los últimos años, causante de numerosos escándalos, y eliminar de los cargos de responsabilidad a todos los dirigentes, entre ellos al actual secretario general, por su vinculación con el pasado, pues no podemos olvidar que durante todo ese tiempo Morales desempeñó el cargo de secretario de Organización de partido.”
Tender puentes
Lo malo de los actuales dirigentes del socialismo local es que no parecen haber aprendido la lección, pues en vez de seguir dándose codazos, deberían entonar el ‘mea culpa’ y pedir perdón por todo lo ocurrido durante su gestión al frente del Ayuntamiento, porque es ahí donde radica la desafección de sus votantes. Por eso la actual dirección empieza a darse cuenta de las dificultades que va a tener de aquí a dos años para poder convertirse de nuevo en opción de gobierno, lo que ha incentivado a Morales a tender puentes con Izquierda Unida para empezar a normalizar las relaciones rotas por el Gobierno de José Pablo González, del cual él también formaba parte.
Este nuevo giro justifica, según ha podido saber este periódico, las palabras del actual secretario general socialista, que no se cansa de decir: “Es un partido [en referencia a IU] con el que tenemos muchas cosas en común y con el que estamos consensuando iniciativas y mociones conjuntas elevadas a pleno”. Si a esto unimos el manido “todos contra la derecha”, este nuevo giro en las relaciones con dicha formación política se puede entender como una clara operación de auxilio para un PSOE en horas bajas, iniciativa que sólo compete a las direcciones de ambas formaciones, aunque esto no impida que hagamos la siguiente consideración: un pacto entre socialistas e IU es complicado que pueda reforzar la izquierda local, porque este PSOE necesitado ahora de oxigeno es difícil que pueda aportar algo al proyecto de Izquierda Unida, que está basado en un izquierda transformadora que crece día a día en las encuestas pese a su inmaduro discurso político. Y aún hay más: ahí está la mala experiencia vivida por IU tras el gobierno de coalición con el PSOE en la legislatura 1999-2003.