Opinión

Los mayores, cada vez más olvidados

Antonio Sánchez (*) Jubilado y portavoz del grupo municipal ‘Alternativa por Colmenarejo’

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Aunque el pasado 1 de octubre se conmemoró el Día Internacional de las Personas Mayores, esto parece haberle pasado desapercibido al Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Colmenarejo. No se hizo ni el más humilde acto por traer al primer plano las necesidades y problemas que, ahora más que nunca, padece la mayoría de este grupo de personas mayores de 65 años.


Tengo la sensación que no les interesa a las instituciones públicas dar oportunidad a los mayores para que hagan visible su abandono o tengan la más mínima oportunidad de denunciar las injusticias que se están cometiendo con ellos.

Somos los primeros en sufrir los recortes mes tras mes. Ayer fue el copago sanitario, más tarde llegó la subida del IVA, que afecta especialmente a las rentas menores, desde hace años las largas esperas para recibir asistencia sanitaria de especialistas y hospitalaria, y recientemente la indescifrable fórmula de actualización de las pensiones que implica la pérdida, en unos años, de hasta el 20 por ciento de nuestras pensiones.

Las instituciones públicas, el Ayuntamiento de Colmenarejo entre ellas, que por cercanía podría ser más sensible a esta vulnerabilidad, ni tan siquiera es capaz de reconocer y agradecer que el número de hogares españoles con todos sus miembros en paro que sobreviven gracias a la pensión de un jubilado se ha triplicado desde 2008 y asciende ya a más de 300.000. En uno de cada cinco hogares con todos sus miembros en paro vive alguna persona mayor.

Los criterios de aplicación del Gobierno a la Ley de Atención a las Personas en Situación de Dependencia condenarán a muchas familias en el derecho de asistencia y reducirá la atención a aquellas que más lo necesitan. La disminución de la cuantía de las prestaciones en un 15% deja en situación de vulnerabilidad tanto a las personas dependientes como a sus entornos familiares.

La apuesta por la privatización de todo lo público pone en peligro las plazas públicas de residencias, Centros de Día y Servicios de Ayuda a Domicilio. Los recortes en Sanidad tienen una repercusión negativa en la salud y el bienestar de las personas mayores. La retirada de la financiación pública de más de 450 fármacos de bajo coste y la inclusión del copago de parte de los medicamentos que se dispensan en las farmacias hospitalarias para enfermos crónicos sin hospitalización obedecen a objetivos de ahorro a costa de la salud de muchas personas mayores.

Estas medidas no pueden ser soportadas por un colectivo como el de las personas mayores y supone, aparte del perjuicio económico, un perjuicio para la salud. Con todo ello se incumple lo establecido en el Art. 50 de nuestra Constitución.

Los mayores necesitamos que se mantenga nuestro poder adquisitivo porque estamos sirviendo de colchón en muchas situaciones de exclusión social, porque ayudamos a nuestros familiares cuando se quedan sin trabajo, porque nos hacemos cargo de los nietos para que nuestros hijos puedan trabajar, porque contribuimos a trasladar un cierto nivel de seguridad a quien nos rodean. Los mayores de 65 años somos un importante capital humano y un recurso de experiencia que ninguna sociedad puede permitirse el lujo de ignorar y más cuando este grupo social representa casi el 18% de la población. Los abuelos y abuelas podemos tener, gracias a nuestra disponibilidad y experiencia, un papel de motor en nuestra sociedad como red de apoyo, voluntariado, iniciativas... Si no fuera por nosotros, probablemente la situación de tensión social hubiese llegado, como en otros países, a ser insostenible. Se cifra en más de cuatro millones de pensionistas los que están por debajo del umbral de la pobreza.

En Colmenarejo existe una Concejalía de Servicios Sociales y de Mayores, pero no existen políticas públicas de Servicios Sociales ni de Mayores, más allá de las invitaciones a una merienda en las fiestas patronales. El Centro de la Tercera Edad permanece vacío a excepción de dos horas en que un grupo de ocho o diez personas pasan por la tarde a tomar un café o a echar una partida a las cartas. A pesar de la ausencia de políticas públicas de Mayores hay una concejala que cobra 18.000 euros al año sin que su trabajo y dedicación aparezca reflejado en ningún sitio. Sin embargo el Ayuntamiento se ha gastado desde el año 2011 unos 100.000 euros en subvencionar las corridas de todos. Hay cosas que no son de izquierdas ni de derechas. Son de justicia y ética.