ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
La feria de novilladas de Guadarrama se cerró de manera triunfal el pasado viernes 4 de octubre. Mario Alcalde y Tomás Angulo salieron en hombros por la puerta grande tras cortar dos orejas por coleta. Se lidió una seria y cuajada novillada de Montealto, donde el cuarto ejemplar, de nombre Dominguito, fue premiado con la vuelta al ruedo por su bravo juego.
Este fue el mejor utrero de una interesante novillada, donde habiendo de todo, saltaron otroos dos astados que también fueron claros, dentro de un lote de mucho volumen, que siempre supone una prueba para los chavales que tienen que ponerse delante.
Mario Alcalde dejó una de las mejores faenas de la temporada serrana. El madrileño, en un gran momento, con gran seguridad y el oficio aprendido, llevó a cabo una labor importante frente a un montealto que fue a más y sacó un fondo extraordinario. Fue clave el poderoso comienzo rodilla en tierra, exigiendo mucho a Dominguito. Luego toreó con suavidad y mucho temple a un novillo que hizo el avión y que embestía con mucha emoción por ambos lados. Alcalde destacó sobre la mano izquierda, toreando con hondura e imprimiendo gusto a su quehacer. Se recreó en una gran obra que tuvo el colofón de una contundente estocada que le permitió asegurarse el triunfo.
Convenció el novillero, demostrando que sabe torear bien y con gusto. Ya pudo cortar la primera oreja de la tarde al novillo que rompió este festejo. Su saludo de capa con el compás abierto tuvo empaque y la faena posterior estuvo presidida por las buenas formas, pero el novillo pronto se vino abajo. No estuvo acertado con el acero y por ello perdió el premio.
Tomás Angulo también tuvo una prometedora actuación, cortando un trofeo a cada uno de sus novillos. De más peso fue la oreja que arrancó al quinto, un ejemplar con dos puñales, al que el extremeño toreó con aplomo y buscó siempre el pitón contrario. No se arrugó ante la alzada de su oponente y demostró ser un novillero al que hay que abrirle camino. Recetó un espadazo letal que por sí sólo ya merecía la oreja.
Con su primero, noble pero de menor transmisión, ya dejó patentes sus buenas maneras y su elegante concepto. También mató muy bien.
Curro de la Casa, sin brillo
Curro de la Casa tuvo una actuación más gris que sus compañeros, con el añadido de que se estrelló con el lote de menos virtudes. Su faena al descastado primero fue carente de emoción y tampoco estuvo a gusto el novillero. El sexto fue un zambombo muy basto que apenas se movió. El de Guadalajara lo intentó en una labor sin brillantez y luego con la espada estuvo desafortunado.
La feria de Guadarrama se ha mantenido como una cita ineludible de la temporada y a pesar de la coincidir en fechas con otros importantes ciclos ha mantenido la buena asistencia de público a novilladas y encierros.
Novillada picada / 4ª Feria
Viernes, 4 de octubre de 2013
Más de media entrada. Novillos de Montealto, bien presentados, desiguales de tipo y con mucho volumen y peso; fue una corrida de toros. Varios muy ofensivos. De juego dispar. Bravo el 4º, Dominguito, número 54, premiado con la vuelta al ruedo; 5º, bueno; 2º, manejable; el resto, de menor juego.y más bajos de raza. Mario Alcalde, palmas y dos orejas; Tomás Angulo, oreja en ambos; y Curro de la Casa, silencio y silencio.
Buenos erales de Carmen Segovia para despedir el ciclo
La feria de Guadarrama echó el cierre el sábado 5 de octubre con la tradicional novillada sin picadores que organiza la Hermandad de San Francisco de Asís y que desde hace un par de temporadas cuenta con el patrocinio de la empresa Taurodelta, el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid y el propio Ayuntamiento.
Hicieron el paseíllo tres alumnos de la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda. Con una tarde de estupenda temperatura y medio aforo en los tendidos, se lidiaron seis erales de Carmen Segovia, que en líneas generales ofrecieron un magnífico juego.
Una sola oreja
Jorge Isiegas, Luis Pasero y Daniel Menés no estuvieron a la altura de la buena novillada de la vacada serrana y no acabaron de aprovecharla. Una solitaria oreja paseó Isiegas tras una faena entonada y posiblemente la terna hubiera podido cortar más orejas de no usar la espada de forma tan lamentable, por lo que no hubo premios.