Opinión

El futuro de la bicicleta

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Un invento para el siglo XIX que goza de pujante salud en el XXI. Estamos hablando de la bicicleta que, poco a poco, le va ganando la batalla al omnipresente automóvil en los países más desarrollados.

La razón es sencilla: es un medio de transporte sano, ecológico y económico. Además, ocupa muy poco espacio público para circular y, para aparcar, y no hace ruido. Muchos países, entre ellos España, han entendido estas ventajas y han empezado a promocionar la bicicleta como vehículo de transporte, tanto para trayectos urbanos como interurbanos. En Holanda el 24% de los desplazamientos se realiza en bicicleta, mientras en España aún estamos en un ridículo 3%. En la potente y rica Alemania ya hay 73 millones de bicicletas. El 24% de los alemanes mayores de 14 años las usan a diario. Pero como decíamos, en España la cosa está cambiando, más por la imposición de una realidad -cada vez hay más ciclistas en las ciudades-, que por el convencimiento de unos políticos que, sobre todo, a nivel municipal, siguen pensando que las ciudades son para los vehículos a motor. El año pasado la venta de bicicletas en nuestro país -780.000 unidades- superó por primera vez a la de coches. Es un mercado en alza, y un potencial de empleo nada desdeñable. Cada vez más ciudades están desarrollando planes de infraestructuras viarias para bicicleta y programas de bicicletas públicas. Aún así, pocos son los ayuntamientos que creen en este auge, de ahí que los carriles bici (donde los hay), sean escasos, mal diseñados, e inconexos entre sí. Con una inversión inferior a las infraestructuras exigidas por los coches, se podría construir una red de carriles urbanos e interurbanos y aparcamientos seguros.