Collado Villalba

El mal uso del poder público...

OPINIÓN

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Se salvó la Dehesa... y gracias. Esta frase puede definir de alguna manera la caótica gestión urbanística que ha sufrido Collado Villalba durante la primera década del presente siglo (2000-2010). Nos referimos a ese urbanismo depredador promovido por unos políticos a los que poco parecía importarles las consecuencias que, a corto o largo plazo, esto ocasionaría a sus representados. José Pablo González, alcalde y máximo responsable de la política municipal en ese periodo de tiempo, buscó desde el primer momento obtener importantes partidas de beneficios (vía enajenaciones de terrenos) para poder mantener una política populista que, sobre todo, exigía un derroche económico sin precedentes en la historia de este ciudad. Con un presupuesto municipal que en la época de ‘vacas gordas’ promediaba los 70 millones de euros anuales, resultaba imprescindible conseguir ingresos extraordinarios, de ahí que los responsables del Gobierno socialista optaran por recurrir a la práctica más cómoda: la enajenación, vía concursos/permutas, del patrimonio municipal. Y así lo hicieron. El mal uso del poder público para ha sido sin duda alguna el causante de la dilapidación total de los bienes de este municipio. ¿Y ahora, qué?