El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Echo de menos en el plan asfalto anunciado por el Ayuntamiento que ni en su primera fase, cuya ejecución es inminente, ni en la segunda, prevista para el próximo año, en la que se abordará, ¡por fin!, una profunda remodelación de la avenida Juan Carlos I, no estén incluidas las calles Honorio Lozano y Batalla de Bailén, ambas con un deprimente firme adoquinado, todo un coñazo, sobre todo para aquellos conductores que lo sufren a diario y que, a tenor de los movimientos compulsivos de sus vehículos, hasta pueden sentirse afectados por el mal de San Vito. ¿Acaso la generosidad de JP con sus ‘amigos’ le ha llevado a no exigir a la constructora un seguro para garantizar las reparaciones originadas por el mal acabado de las obras? Me temo que sí, pues en caso contrario no entiendo, salvo que seamos unos masoquistas, que desde hace bastantes años sea la brigada de obras municipal la encargada de colocar los adoquines despegados. Y tampoco entiendo, prosigue Lobo Cojo, por qué los actuales responsables del Gobierno local que, junto a los sufridos contribuyentes somos los que desde hace dos años nos estamos comiendo el marrón de este ‘fistro’ de obra, no cojamos de una vez por todas el toro por los cuernos y expropiamos por interés general un parking construido en suelo público, financiado con dinero público y que por razones obvias siquiera se puede calificar de servicio público. Y para más ‘inri’, la empresa concesionaria nos chulea embargando a las primeras de cambio nuestros exiguos bienes municipales. Leña, Agustín, leña al mono hasta que cante la gallina”.