INTERINO
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Nunca me imaginé que en tan poco tiempo iba a lograr tanta popularidad -nos dice un exultante Lobo Cojo a modo de saludo-. Unos me proponen para ser la mascota de Collado Villalba, otros para liderar una candidatura a la Alcaldía en las próximas elecciones municipales y hasta hay quien se ha atrevido a decir que soy el lobo del cuento de Los Tres Cerditos y que me he quedado cojo por enseñar “la patita” bajo la puerta. Pues bien, yo diría que ni tanto, ni tan calvo, que simplemente soy un lobo viejo pero con ganas de dar guerra, y de ahí que también tenga algunos detractores. Así que he empezado a tomar algunas precauciones no vaya a ser que a algún desaprensivo le de el calentón y me ponga en la diana de su objetivo. De ahí mi preocupación cuando hace unos días vi que en la macrorotonda que se está construyendo frente a la urbanización El Soto estaban colocando la escultura de un cazador, con escopeta en ristre, y un perro. ¡Coño!, dije, ya vienen a por mi. Pero cuando posteriormente observé a los obreros que la ubicaban apuntando con el arma hacia las urbanizaciones de la izquierda, solté un suspiro de alivio que se debió escuchar en el alto del puerto de Navacerrada. Al día siguiente un empleado municipal me dijo en tono jocoso que la posición del cazador no era un capricho, sino que se debía al interés de apuntar al pájaro. ¿Al pájaro?. No tardé en captar la insinuación y por eso quise aclararle a mi confidente su error: ¡Ah!, sí -le dije-, pero el pájaro al que te refieres hace tiempo que ha volado; ya no vive ahí. Y es que aquí el que no corre vuela, como ese Touareg que algunos dicen haber visto circulando por carreteras gallegas y otros, al día siguiente, aseguran que estaba aparcado en el centro comercial de La Moraleja. Vaya usted a saber”.