Collado Villalba

Los aullidos de Lobo Cojo

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Lo tengo claro y por eso, hoy, a tres días de la finalización de las fiestas de Santiago Apóstol, he decidido hacer el ‘petate’ y poner tierra de por medio para no seguir aguantando los altísimos decibelios generados por la música ‘pachanguera’ que suena sin descanso hasta bien entrada la madrugada; ni los gritos del bar de abajo y, aún menos, esas vomitonas que tanto abundan estos días en calles y jardines de nuestra ciudad ante la incomprensible permisividad de las autoridades locales, a quienes conviene recordar que, entre sus muchas obligaciones, está la de fomentar la urbanidad, el civismo y la convivencia ciudadana. Una lectora, a través de nuestro foro, nos comentaba que “lo de acostarse y levantarse temprano durante estos días de fiesta para ir a trabajar ya no se premia; aquí sólo se enfatiza el cachondeo. Las fiestas -añadía Ana- son algo así como la palmadita en la espalda de los políticos a los dueños de los bares, permitiéndoles la música hasta las 5 de la madrugada y fumar dentro de sus establecimientos”. Yo esperaba, dice Lobo Cojo, que en este su segundo año de legislatura, el Ejecutivo de Juárez aprovecharía estos festejos, primero para reducir sensiblemente el presupuesto multimillonario de antaño (supongo que así será) y, después, para acabar con ruidos y molestias. No es lógico que en una ciudad que quiere ostentar la capitalidad de la Sierra, el edil de Festejos pueda llegar a pensar que ‘sus’ fiestas tienen bula y por eso todos los villalbinos están obligados a acostarse y levantarse a la misma hora que los que se pasan las noches de parranda. Más o menos como en la China de Mao, ¿no?”.