Opinión

Bárcenas desplumó a la gaviota

Daniel Campos (*).- En ‘ZoomNews’

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Los últimos datos elevan a 47 millones de euros la fortuna que Bárcenas atesoró en diferentes bancos de Suiza. A esta cantidad habría que sumar el dinero que el ex tesorero desvío a otros paraísos fiscales algo más reticentes a la hora de colaborar con la justicia española. Sea como fuere, lo que está claro es que el antiguo senador por Cantabria obtuvo durante casi 30 años que ejerció de guardián de las cuentas de los populares un pingüe capital cuyas cifras podría ser astronómicas. El juez Pablo Ruz afronta la que se espera que sea la recta final de la investigación del ‘Caso Gürtel’ con una pregunta fundamental sobre la mesa y todavía pendiente de obtener una respuesta definitiva: ¿de dónde sacó Bárcenas todo ese dinero?


Desde que Suiza decidiese por fin colaborar con la Audiencia Nacional y diese a conocer los primeros datos de las cuentas de Bárcenas se abrieron dos hipótesis. La primera, que lo de Bárcenas en el país de los Alpes era en realidad una especie de ‘caja común’ donde el PP iba guardando, lejos del alcance del fisco español, las ‘mordidas’ que iba sacando de las cloacas de la financiación de los partidos. La otra tesis defiende que las cuentas en Suiza eran únicamente de Bárcenas y sus colaboradores más íntimos y que se nutrían de los ‘chanchullos’ que el ex tesorero realizaba a tipo individual. Esta última hipótesis que no exculparía al PP, ha ido ganando enteros en el transcurso de la investigación judicial. El modus operandi sería el siguiente: un constructor interesado en obtener un trato de favor, le daba a Bárcenas 200.000 euros. Pero el ex tesorero tan solo comunicaba al PP una donación de 100.000 y metía en la ‘saca’, con destino Suiza el resto del dinero. Por decirlo de otro modo, lo que hacía Bárcenas era ‘sisar’, un verbo que solo existe en castellano y que es fiel reflejo de una cultura algo permisiva con las corruptelas. Y así, poquito a poquito y a lo largo de los casi 30 años que estuvo controlando la contabilidad de la calle Génova, Bárcenas fue haciéndose rico. Hay quien dice aquello de que “el dinero llama al dinero”. Lo cierto es que en España tenemos a más de un imputado/procesado que podría servir de ejemplo de cómo una persona, movida por la ambición y fascinada por el tren de vida de las altas esferas, se puede convertir en un ‘yonki’ del dinero.

Adjudicaciones a dedo
A pesar de estas consideraciones, el PP no podría ser tenido por víctima en todo este embrollo. Bárcenas operó al amparo de ese supuesto trasiego de donaciones que constructores y otros empresarios habían abonado durante años a los populares, unos movimientos favorecidos por el coladero que ha demostrado ser la Ley de Financiación de Partidos Políticos. De hecho, los investigadores creen que Bárcenas aprendió y heredó esta forma de actuar del que fuera tesorero del PP en los años 80 (por entonces Alianza Popular), Ángel Sanchís. El caso es que Sanchís, que se salvó por los pelos del ‘Caso Naseiro’ parece que no va a poder escapar en esta ocasión de la nueva causa por la presunta financiación irregular del PP. En el sumario se acumulan los indicios que le apuntan como uno de los principales socios de Bárcenas en el entramo societario que utilizó como pantalla, está imputado en la ‘Gürtel’ y el juez Ruz le acusa de haber ayudado al antiguo senador por Cantabria a ocultar aún más su dinero cuando estalló el caso de corrupción.

Otra de las grandes preguntas por resolver es como se las habría arreglado Bárcenas para tener el suficiente poder dentro del partido como para poder determinar a qué empresas debían de adjudicarse los contratos públicos. Se suele decir que una de las personas más poderosas dentro de un partido son los tesoreros, ya que al controlar las cuentas tienen al personal cogido por los machos. Pero este factor no parece suficiente como para que Bárcenas pudiera descolgar el teléfono y decirle al ayuntamiento de turno a quien debían adjudicar, Por eso hay quien, a la luz de la investigación, piensa que Bárcenas, a la hora de hacer estas gestiones, estaba avalado por alguien con mucho más poder real dentro del partido.

Lo que sí parece claro es que el proceso judicial no debería conocerse popularmente como el ‘Caso Gürtel’, sino que debería haberse denominado desde el principio como el ‘Caso Bárcenas’. Y es que la investigación está dejando a las claras que los pagos de la trama de Francisco Correa solo sería una pequeña parte del dinero que recibía y movía Bárcenas, ya fuese para el PP o para su lucro personal. En la contabilidad ‘B’ de Correa son pocos los pagos que aparecen dedicados a ‘Luis El Cabrón’ y la UDEF de la Policía Nacional habla de diez entregas por un valor de 957.705 euros. Una cantidad pequeña para quien ha tenido en el banco 47 millones de euros.