El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“El espectáculo protagonizado por la concejala socialista Rosana Crespo en el último pleno, donde interpretó una ‘gesta’ que perfectamente podría firmar su compañera Maru Menéndez (recientemente expedientada por el presidente de la Asamblea de Madrid), nos lleva a pensar que la disciplina y el orden aún no han sido incluidos en la hoja de ruta de algunos ediles socialistas, acostumbrados durante sus 12 años de gobierno a hacer y deshacer a su antojo. No seré yo, dice Lobo Cojo, quien se pronuncie sobre si el debate que dio origen a la expulsión de la concejala del salón de plenos era pertinente o no, pero una vez que el alcalde así lo ordenó, no acatar la orden, como hizo Crespo, además de un pésimo ejemplo para la ciudadanía, podría ser tipificado como un delito de desacato a la autoridad. Y esas sí que son palabras mayores. La solidaridad mostrada por sus compañeros del PSOE, pese a las conocidas discrepancias internas, era lógica pese a la cara mostrada por el portavoz de este grupo, Juanjo Morales, consciente de que se estaba pegando un tiro en el pie respaldando la ‘rabieta’ de su más crítica adversaria. Finalmente, Rosana optó por abandonar su puesto sin que la Policía, es decir, los compañeros de su esposo, se la tuvieran que llevar en volandas, rememorando así alguna de las gestas más negras del josepablismo. Y como el verano está loco, hoy quiero dar mi opinión sobre ese rumor relacionado con la posible ubicación, en las fiestas, de la plaza de toros en Malvaloca. ¿Y los encierros?, se preguntan algunos. Muy fácil: utilizar el túnel de Honorio Lozano como recorrido para acceder a la plaza. Total para lo que sirve”.