El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Entre pasos de rondón, trajes seranos al son de la dulzaina y el tamboril, jinetes y carretas, Valdemorillo volvió a volcarse en una de las tradiciones más arraigadas en el municipio, la celebración de la romería de la Virgen de la Esperanza. El cortejo partió el domingo desde la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción hasta la ermita de Valmayor, reuniendo a centenares de vecinos, así como a la alcaldesa, Pilar López Partida, y el resto de autoridades locales.
La participación fue la clave de esta jornada, desde los voluntarios que compusieron la alfombra floral que adornaba salida del templo parroquial, al avance de la romería por las calles del casco histórico hasta la plaza del Cristo, donde se produce la habitual despedida de la Virgen. .