Cartas al Director

• Lo que muy pocos entendemos

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Como uno anda paladeando ya la primavera no se me ha ocurrido mejor cosa que exponerles mis dudas:
¿Por qué nos volvemos por la calle cuando oímos gritar a alguien: ¡Imbécil!? ¿Por qué le decimos ‘animal’ o cualquier otra cosa al tío que nos acaba de adelantar peligrosamente con el coche y que no puede oírnos? ¿Por qué, pese a la crisis, se sigue celebrando la colocacion de tantas ‘primeras piedras’ en lugar de las de ‘últimas piedras’, como sería lo más lógico?
Otra cosa que no se entiende es cómo hay más niños que plazas escolares, más familias que viviendas, más obreros que puestos de trabajo y más días que longanizas.
¿Cómo se entiende que la grúa municipal se lleve coches mal aparcados que no estorban al tráfico? ¿Por qué no contestamos al primer timbrazo del teléfono aun cuando lo tengamos al lado? ¿Cómo se entiende que el fútbol haya adquirido tan desmedida importancia y a causa de ello se produzcan en muchos pueblos tantas agresiones absurdas? ¿Por qué cerramos los ojos cuando oímos un ruido enorme? ¿Por qué los pronósticos dieron al mes de abril el nivel más alto de accidentes de tráfico?
Si alguien tiene tiempo y quiere, me lo explique.

PEPE
San Lorenzo de El Escorial