Moralzarzal

Llueve sobre mojado

OPINIÓN

Por: Ana García

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La explicación al titular de este artículo (“llueve sobre mojado”) lo encontramos en Wikipedia donde, entre otros, se ofrecen los siguientes significados: “No aportar nada nuevo; que todo sigue igual; que se sigue dando y dando vueltas sobre el mismo tema...” Algo muy similar a lo que están provocando la mayoría de las decisiones tomadas en los últimos meses por el Ejecutivo que preside José María Moreno (PP) y de las que este periódico les ha informado puntualmente, todas ellas relacionadas con proyectos tan insulsos como el del campo de golf ‘rústico’ en la Dehesa Vieja; la recuperación del viejo proyecto de Los Praderones para levantar una auténtica mole de ladrillos en los límites del Parque Nacional o promover antiguos sectores urbanísticos, como el de las Hachazuelas, convertido en un agujero sin fondo para las arcas municipales. Todo esto, lógicamente, nos hace recordar el ‘boom’ de la construcción de principios de este siglo y también, cómo no, las aberraciones medioambientales que aquí se han cometido ante la pasividad increíble de los responsables locales y regionales.

Dicen que el hombre suele tropezar varias veces en la misma piedra, sobre todo si es político, de ahí que no me sorprenda en absoluto que el regidor moralzarceño, tras casi 20 años ocupando la ‘poltrona’municipal y dados sus antecedentes ‘ladrilleros’ (fue constructor antes que alcalde), quiera ahora desempolvar contra viento y marea polémicas recalificaciones urbanísticas a través de las ya habituales modificaciones de las Normas Subsidiarias para, dice, así poder apoyar complejos proyectos particulares, aunque estos vayan en contra del interés general de los vecinos. Al parecer, José María Moreno quiere convencernos de que la construcción es la única locomotora económica con capacidad, no sólo para sanear las arcas del Ayuntamiento, sino para incentivar al comerciante local que tiene graves dificultades para mantener a duras penas sus negocios. El alcalde parece no asimilar que las vacas gordas del ladrillo han pasado a mejor vida y que habrá que esperar mucho tiempo hasta que el sector de la construcción pueda volver a ver algún brote al final del túnel donde se ha metido. Y cuando sea así, que nadie piense que todo va a continuar como antes. Los beneficios serán mínimos, los controles financieros mucho más exhaustivos y tanto los jueces como la Fiscalía mantendrán una tolerancia cero, sobre todo en aquellos asuntos donde pueda estar en peligro la ordenación del territorio, con la aplicación a rajatabla de la Ley 10/95, donde han quedado recogidos todos los asuntos relacionados con el planeamiento, los proyectos de urbanización, parcelación, reparcelación, construcción o edificación y que además también contempla la concesión de licencias contrarias a las normas de ordenación territorial o urbanística vigentes.

Es bueno recordar ahora que el alcalde de Moralzarzal fue objeto (marzo de 2000) de una querella presentada por Nueva Izquierda de Madrid ante la Fiscalía Anticorrupción, cuyo recorrido final se desconoce y en la que se le acusaba a él y a dos concejales del PP de haber cometido los presuntos delitos de “prevaricación, tráfico de influencias, fraude y negociación y de actividades prohibidas a los funcionarios y otros tipos penales conexos”. Según la citada denuncia, esto se debía a las supuestas irregularidades cometidas en la adjudicación de obras y en la venta de parcelas municipales. Y todo esto también estaba relacionado con el urbanismo, concretamente con la compraventa de parcelas municipales por parte de la empresa HIRIMASA, propiedad del constructor-promotor Hilario Rico, adjudicatario de la mayoría de las obras municipales realizadas en este municipio en la última década. 12 años más tarde, tal como anuncia hoy El Faro del Guadarrama, la Fiscalía Anticorrupción posiblemente tendrá que volver a estudiar, caso de ser aceptada a trámite, otra denuncia relacionada con unas supuestas irregularidades cometidas en la recalificación urbanística del sector Las Canteras, terrenos que curiosamente HIRIMASA también compró al Ayuntamiento a un ‘módico’ precio y que tras una nueva modificación de las Normas Subsidiarias, pasaron de rústicos a terciarios, siendo vendidos posteriormente por la empresa de Hilario Rico a Mercadona para que en ellos se construyera un supermercado, obra que ya está en marcha. Es decir, más de lo mismo.