El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
No creo que haya que esforzarse mucho para llegar a la conclusión de que el autor de uno de los comentarios aparecidos esta semana en la página web de este periódico, en relación con la información referida a los nuevos estudios urbanísticos aprobados por el Ayuntamiento de Moralzarzal, donde se destinaban 180.000 euros al ladrillo, mientras este Ejecutivo denegaba una subvención de 10.000 euros anuales para el mantenimiento de dos auxiliares de higiene infantil en los colegios públicos, es un fanático seguidor y defensor del PP local o uno de sus cargos de confianza, que son gratificados mensualmente con 3.000 euros, vía nómina. Solamente así podríamos entender sus críticas a IU por el hecho de haber pedido al Ejecutivo la derogación de dicho acuerdo. El susodicho afirmaba: “Si es de corrupción y de ladrillo, IU tiene mucho que decir (ahora ya con trinques en coches, despachos y enchufados, ¡hay que tener morro!): hablemos de los EREs, del ex alcalde de Camas, condenado, de la imputación de la alcaldesa de Manilva, de la imputación también del ex teniente de alcalde de Sevilla por los terrenos de Mercasevilla (el de las mariscadas, viajes y hoteles pagados con fondos públicos)”. Y el autor de estos descalificativos termina su aserto asegurando que “si hay alguien honrado/a no está en política, ni en Izquierda Unida, ni en ningún otro, porque la mayoría de ellos (alguna excepción habrá, digo yo) trinca cuanto puede. En fin, me siento tan confuso con dicho escrito que sólo me queda preguntarme: ¿acaso su autor vive en Marte o en otro planeta de nuestra galaxia para ver sólo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio?. Y a él le pregunto: ¿conoce usted el caso Gürtel?. Si es así, sabrá que sólo en ese escabroso asunto hay más políticos imputados del PP (alcaldes, consejeros autonómicos, concejales, etc., que en todos los casos que usted ha mencionado en Andalucía. Pero aún hay más: ¿Qué puede decirme del caso Bárcenas o de los trapicheos de los concejales y alcaldes de Galicia, o del presidente de la Diputación de Castellón? ¿Acaso se ha olvidado usted de las empresas de las esposas del alcalde y del concejal de Moralzarzal o de los desmanes habidos durante la ‘dictadura de Josemari’? Reflexione, por favor.
J. T.
Moralzarzal