El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Tras el sonado fracaso sufrido por el PSOE en las elecciones de 2011 (perdieron de una ‘tacada’ ocho concejales), la familia socialista villalbina parece incapaz de sobreponerse a ese batacazo, dando muestras inequívocas de ser un partido fracturado y condenado a vagar por el desierto de la oposición municipal durante bastantes años. Muchos culpan de esa desgracia al ‘régimen josepablista’ que, durante 10 años de gestión totalitaria, se cargo las libertades y depuró a la disidencia, dice Lobo Cojo. Pues bien, tras la caída política de JP, Juanjo Morales (otro de sus antiguos y fieles ‘delfines’), tuvo la ‘osadía’ de presentar su candidatura a la Secretaría General, accediendo a la misma gracias al apoyo mayoritario de las ‘familias’ del partido, lo que supuso una ofensa para su ‘ex jefe’, que ya había ‘elegido’a Rosana Crespo para ocupar dicho cargo y con ello poder seguir controlando el partido desde la ‘trastienda’. Desde entonces, Morales se ve obligado, día a día, a ‘lidiar’ las embestidas de una desnortada oposición que sigue al pie de la letra las directrices del fenómeno a través de Rosana Crespo, Belén Sánchez y Luis García que, al parecer, están dispuestos a dejar el PSOE para irse al grupo al mixto. Así las cosas, yo le recomendaría a la Ejecutiva socialista que, en vez de entrar al trapo de las descalificaciones, de los chismorreos y de las guerras internas, hagan suya aquella frase de ZP (no confundir con JP), donde el por entonces ‘rey del talante’, decía: “A cada insulto, una propuesta; a cada descalificación, una idea y a cada exageración, una sonrisa”. Si lo hacen, seguro que les irá mejor”.