Editorial

Lamentable demostración de extremismo a cargo de los responsables de Izquierda Unida en Galapagar

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El debate político deriva a menudo en cruces de acusaciones, críticas y descalificaciones, algo que prácticamente ya hemos asumido como normal dentro de sesiones plenarias más o menos acaloradas, pero todo tiene un límite, y más si, como es el caso, se trata de un artículo de opinión que no es fruto de un calentón puntual, sino de una supuesta reflexión de quienes fueron elegidos por los vecinos para asumir su cargo con responsabilidad. Nos referimos a las manifestaciones realizadas por Izquierda Unida de Galapagar en las que calificaba como “limosna” la donación a Cáritas de 5.000 euros del sueldo de diciembre de los ediles del Partido Popular de este municipio. No sólo eso, sino que IU iba mucho más allá en su misiva y afirmaba literalmente que era “como si ETA donara el dinero conseguido por sus extorsiones y secuestros a la Asociación de Víctimas del Terrorismo”. Unas declaraciones que, por sí solas, descalifican a sus autores y que deberían haber provocado ya su inmediata dimisión, comenzando por la portavoz de este grupo municipal.

En el diagnóstico de la crisis y sus devastadores efectos sobre la sociedad se podrán buscar unos culpables u otros, se podrá discutir acerca de qué medidas son las más efectivas, e incluso se podrá llegar a la bronca, tantas veces acompañada por la demagogia, pero en los últimos meses se hace difícil encontrar unas afirmaciones tan fuera de lugar, tan irresponsables y tan reprobables como las suscritas por Izquierda Unida de Galapagar. No estaría de más que los responsables de la coalición volviesen sobre sus palabras para descubrir lo desacertado de la comparación; es más, la barbaridad que supone establecer una analogía de ese tipo, equiparando una donación a las familias más desfavorecidas con un secuestro perpetrado por la banda terrorista ETA. En primer lugar, resulta un insulto al Partido Popular, pero también una humillación a las propias víctimas, algo por lo que IU ya tarda en pedir perdón.

El PP galapagueño ha pedido la dimisión de la portavoz de este grupo en el Ayuntamiento, exigiendo a IU-Comunidad de Madrid que tome cartas en el asunto, y desde luego que la coalición debería hacerlo, porque actitudes y declaraciones como estas revelan un extremismo y un pensamiento político radical que es del todo censurable. No valen aquí los matices, las excusas o las interpretaciones sesgadas: lo escrito, escrito está, de modo que los autores de la citada carta deben asumir sus responsabilidades por semejante despropósito.